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Las razones de por qué faltan y sobran semáforos en Bogotá

Hay 1.088 intersecciones semaforizadas y aún quedan 421 cruces sin luces. El dilema es disminuir accidentes y aumentar la movilidad.

MARÍA ANGÉLICA VÁSQUEZ
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
La ausencia de semáforos en varias calles de Bogotá puede ser una razón por la cual el número de accidentes no se ha reducido.
Pero por otro lado, la movilidad de la que habla el alcalde Garzón se agilizaría si no pusieran semáforos en cada cuadra, donde no son necesarios.
En Bogotá hay 1.088 intersecciones semaforizadas y 421 están a la espera de sus respectivas señales. La razón para estar en lista de espera, según una carta de la Secretaría de Movilidad en su sitio web, ¿es por falta de presupuesto o porque son solicitudes pendientes de contratar los estudios técnicos que establezcan su viabilidad¿.
Sin importar cuál sea la razón, este parece ser un tema costoso para la Secretaría Distrital de Movilidad y que ha incrementado el número de trancones y accidentes, y por lo tanto, la insatisfacción de los ciudadanos.
Ni que sobre, ni que falte
En los últimos años, en Bogotá se ven algunas vías que se llenaron de semáforos, lo que para muchos parece ser un gasto innecesario y una razón por la cual el tráfico también aumenta.
Ante esto, la Secretaría de Movilidad de Bogotá asegura que se están desarrollando actividades para analizar casos puntuales en donde se presenten intersecciones redundantes, como las múltiples luces de tráfico sobre la calle 53, entre la Avenida 68 y la Carrera 50, que dificultan la movilidad por esa vía.
Mientras tanto, hay otras intersecciones que llevan años pidiendo la instalación de un semáforo, pues el volumen de carros y peatones que transita por allí no permite un adecuado flujo y es la causa de múltiples accidentes.
El problema es que ya han pasado varios años y muchas peticiones, y los ciudadanos que requieren una solución continúan esperando. Tal es el caso del cruce de la Carrera 13 con Calle 100, al norte de la ciudad, donde no hay semáforo y se presentan accidentes casi a diario.
Hay varias razones por las que no hay semáforos en algunas vías de Bogotá. Cada intersección semaforizada le cuesta a la ciudad en promedio 187¿500.000 pesos, distribuidos en mano de obra y equipos necesarios, según información que la Secretaría de Movilidad envió a EL TIEMPO.
Eso sin contar que entre los gastos están las reparaciones y las reposiciones de semáforos víctimas del vandalismo. Además, cada intersección debe ser debidamente estudiada y cumplir unos requisitos para que hagan parte de una lista de espera de semáforos por instalar.
El proceso que lleva a cabo la Secretaría Distrital de Movilidad para determinar la necesidad de poner o no un semáforo en la ciudad está especificado en el Manual de Señalización Vial del Ministerio de Transporte.
Este manual se adoptó como el reglamento oficial en cuanto al tema de señalización, así que todo proceso está guiado por los parámetros que éste indique. En síntesis, se determina si un semáforo debe ser colocado después de realizar un estudio basado en unas condiciones ya establecidas.
Así, se debe esperar una investigación que indique el número mínimo de vehículos y peatones que transitan en la vía a un horario determinado, el riesgo que representa la intersección para el tránsito y el tráfico, los antecedentes y el historial de accidentes, o la combinación de algunas de las anteriores. Una vez se detectan y aprueban estos índices, se establece su prioridad.
De ahí en adelante, sólo queda esperar y esto puede tardar mucho tiempo, ya que la Secretaría de Movilidad de Bogotá dice que no tiene plata para hacer efectivas todas estas instalaciones.
RADIOGRAFÍA DE UN SEMÁFORO
Un semáforo está compuesto por módulos de tres luces y un soporte, que es la estructura que sostiene la cabeza del mismo. Para los 1.088 en Bogotá hay 9.152 módulos vehiculares y 3.733 módulos peatonales.
Estos módulos son en su mayoría importados, ya que la cubierta está hecha de policarbonato o aluminio inyectado. El tipo de luces que utilizan actualmente son halógenas, pero en ciudades más modernas utilizan de tipo LED, que trae mayores beneficios económicos y tecnológicos. El precio de un semáforo está entre 700 mil pesos y 2 millones de pesos.
El valor aproximado de los postes es de 950 mil pesos, pero esto depende del tipo y la altura, ya que pueden ser de 2,50 m. hasta 4,50 m. de alto. Finalmente, el cableado tiene un precio estimado de 200 mil pesos.
Es decir que si una persona accidentalmente tumba un poste con semáforos, el valor que debe pagar es entre 800 mil pesos y 4,5 millones de pesos, dependiendo de las partes que se dañen. Lo interesante es que esta cifra no concuerda con los 30 millones que dice la Secretaría que cuesta un solo semáforo.
MÁS DE 187 MILLONES POR INTERSECCIÓN
Cada intersección semaforizada le cuesta a la ciudad 187¿500.000 pesos, que provienen de los recursos del Distrito Capital. Del total que paga cada contribuyente por el impuesto unificado del vehículo se sacan dos salarios mínimos diarios vigentes destinados a la semaforización. El mantenimiento, el diseño, la instalación del equipo y la dirección del sistema corren por cuenta de la Secretaría de Movilidad.
ROBOS POR 1.894 MILLONES EN EL 2006
A las cifras del proceso de semaforización de Bogotá se le suman las que deja el vandalismo. En el 2006 fueron robadas 193 intersecciones y sus reparaciones le costaron al distrito 1¿894.260.177 pesos.
Ante esto, la Secretaría de Movilidad pretende contratar, como parte de la solución, un sistema de monitoreo y vigilancia para controlar las 1.088 intersecciones semaforizadas.
Lo más grave de esta situación es que en siete lugares, todos ubicados en el centro de la ciudad y cuatro de ellos en la Av. Calle 6, fueron robados los módulos de los equipos de control. 
La Secretaría de Movilidad alerta a quienes comercian con estos equipos para que a toda costa eviten adquirir elementos robados.
El llamado también es para la ciudadanía, que tiene la obligación de denunciar cuando observe estas situaciones a la línea 3600-111 o escribir un mensaje de correo a info@transitobogota.gov.co.
Recuerde que las señales de tránsito y los semáforos se instalan con los aportes de la ciudadanía y es deber de las personas cuidarlas.
VÁNDALOS, AL ATAQUE
En menos de dos semanas, la intersección de la Av. sexta con carrera 18 fue reparada porque también había sido dañada por vándalos y de nuevo resultó en las mismas circunstancias. En tanto se realizan las labores de implementación de los nuevos equipos, la policía de tránsito regulará la movilidad en el sector.
UN ACCIDENTE NO ES SUFICIENTE
Dentro del Manual de Señalización Vial, en el Capítulo 7, se habla de los semáforos. Hay una razón que, aunque justifica por qué no se ponen semáforos en algunos lugares, abre muchas dudas sobre el criterio que determina las prioridades dentro del proceso de semaforización de Bogotá.
Esta razón implica más de cinco heridos al año y daños por más de 30 salarios mínimos vigentes. Para cumplir la condición de antecedentes e historial de accidentes es necesario:
1. Una prueba de que se han efectuado otros procedimientos y no han reducido el número y la frecuencia de los accidentes.
2. Que hayan ocurrido cinco o más accidentes con heridos o daños que superen los 30 salarios mínimos en el último año y los cuales puedan ser corregidos con un semáforo.
3. Que exista un volumen de tránsito superior al 80 por ciento del mínimo establecido en las otras condiciones.
Lo anterior quiere decir que si la intersección en la que se está pidiendo la colocación de un semáforo no cumple ninguno de los requisitos o únicamente cumple la condición de antecedentes y experiencia de accidentes, no se considerará una razón suficiente para ponerlo.
El Manual dice: ¿La opinión general de que los semáforos reducen considerablemente el número de accidentes rara vez se comprueba en la práctica. En algunos casos, ocurren más accidentes después de instalar los semáforos que antes de su instalación. Por lo tanto, si ninguno de los requisitos, exceptuando el relativo a los accidentes, se satisface, debe suponerse que no será necesario instalar el semáforo. De ser ésta la única razón por la que se necesita un semáforo no se ve la necesidad de instalarlo¿.
Este criterio llama la atención y por determinaciones como ésta los ciudadanos empiezan a preguntarse realmente ¿cómo funciona este proceso?, ¿quién determina dónde poner los semáforos? o ¿qué será entonces prioridad para la Secretaría de Movilidad?
SEIS CRITERIOS TÉCNICOS PARA APROBAR UN SEMÁFORO
Poner un semáforo no es solo instalarlo. Antes de eso, la cantidad de permisos, estudios y trámites para su aprobación es casi interminable.
El nuevo Código Nacional de Tránsito determina que el Ministerio de Transporte es quien diseña y define la ubicación, el uso y otras características de las señales de tránsito, pero que cada organismo de tránsito local debe responder en su jurisdicción.
Es decir que en Bogotá, a partir del acuerdo firmado el 30 de noviembre del 2007, la entidad encargada de este tema es la Secretaría Distrital de Movilidad.
Esta debe garantizar la planeación, el ordenamiento y el desarrollo sostenible de la ciudad en cuanto a los temas de tránsito, transporte y seguridad e infraestructura vial. Es decir, que son estas las personas encargadas del estudio y la semaforización de Bogotá.
El proceso para la semaforización de una nueva intersección empieza mediante una solicitud escrita a la Subsecretaría Técnica de la Secretaría de Movilidad, quienes llevan a cabo el estudio necesario para establecer las condiciones del tránsito y las características físicas del lugar, de tal manera que se pueda justificar la instalación de semáforos.
Después de un largo proceso de estudio que implica días, horas y contabilización de personas y vehículos que transitan por la intersección, se aprueba la instalación de los semáforos, dependiendo de la viabilidad, el orden de prioridad y la disponibilidad presupuestal de la entidad.
HAY QUE CUMPLIR CIERTOS REQUISITOS
Para aprobar la instalación de un semáforo se tienen en cuenta seis criterios técnicos o condiciones. Estos se explican en el sitio web de la Secretaria de Movilidad, www.movilidadbogota.gov.co:
1. Volumen y horario mínimo de tránsito vehicular.
2. Interrupción de tráfico continuo.
3. Volumen mínimo de peatones.
4. Movimiento o circulación progresiva de vehículos.
5. Antecedentes y experiencia sobre accidentes.
6. Combinación de los criterios anteriores.
En todos los casos se tiene en cuenta que el semáforo no vaya a interferir con la circulación del tráfico.
¿SÍ ESTÁN SINCRONIZADOS?
Algunas de la intersecciones de Bogotá que están semaforizadas dan la impresión de no tener una sincronización por lo cual los conductores deben detenerse en cada esquina, lo que les resta circulación y movilidad a las calles. Pero, aunque parezca increíble, el funcionamiento de los semáforos sí está controlado y tiene una programación estudiada.
La Dirección de Control y Vigilancia de la Secretaria Distrital de Movilidad es la encargada de coordinar el funcionamiento de los semáforos. Según la Secretaría, los semáforos en las calles de Bogotá tienen una programación de tiempos de verde en cada acceso y están dispuestos de acuerdo al flujo vehicular y peatonal, y varían de acuerdo con la hora del día y el día de la semana.
Para esto se han definido unas fases, que son un conjunto de movimientos permitidos. Cada intersección está definida por una secuencia de fases, que forma ciclos que se van repitiendo cada 60 o 120 segundos. Toda esta coordinación se hace con el objetivo de disminuir el número de paradas, el tiempo de viaje, el consumo de gasolina y la emisión de gases. Aunque en la práctica ésta no se exactamente una realidad, pues la contaminación, el tráfico y el ruido continúan aumentando.
La sincronización se ve afectada por factores como la imprudencia de los conductores al pasar semáforos en rojo o hacer paradas o maniobras indebidas, la falta de cultura de los peatones que cruzan por lugares no permitidos y el mal estado de las vías, entre otras.
Para hacer frente a esto, el sistema de semaforización cuenta con computadores de tráfico central que sincronizan los de control local, ubicados en cada intersección, y diseñan los planes de señales por medio de un software especializado que utiliza la teoría de la ingeniería de tránsito actual.
En Bogotá hay tres centros de control: la central Muzú, la central de Paloquemao y la Central de Chicó, para los 1.088 semáforos.
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