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Así se ve el parque arqueológico de San Agustín desde el cielo

Visitar las obras de la antigua civilización del Alto Magdalena es un privilegio, un deleite estético y una buena manera de comprender el presente conociendo el pasado.

Un viajero, Francisco Forero Bonell, se lanzó a esta aventura desde el aire. Aquí su relato. 
Mientras observamos los bosques andinos frente al hoy llamado complejo arqueológico de San Agustín, la imaginación recrea el lugar que debió encontrar fray Juan de Santa Gertrudis Serra a mediados del siglo XVIII y su entrevista con estas estatuas talladas durante el período clásico regional, probablemente entre el año 50 y el 400 de nuestra era.
Este misionero, apasionado por la naturaleza, fue el primero en dar cuenta de las esculturas en una época en que la cultura agustiniana se encontraba bajo el sedimento de los siglos transcurridos. 
Y es que esta cultura es un universo de tres épocas superpuestas, que la arqueología ha denominado período Formativo (1.000 a.C. a 100 d.C.), Clásico Regional (100 d.C. a 900 d.C.) y Reciente (900 d.C. a 1530 d.C.). Surgió varios siglos antes que los Moches peruanos, es anterior al surgimiento del Imperio Romano, es casi tan antigua como los Incas y su nacimiento es contemporáneo con los Etruscos, potencia naval en el Mediterráneo Occidental.
La imponencia de la naturaleza en este lugar está moldeada por la fuerza de los volcanes que fabricaron la cordillera Central colombiana y también por el Macizo Colombiano o Nudo de Almaguer, donde la Cordillera Oriental abandona a la Central para tomar rumbo hacia al Altiplano Cundiboyacense y luego morir en el Perijá.
El Macizo alcanza un área de casi 3.800 kilómetros cuadrados, que es considerada como la principal estrella fluvial del país, pues da origen a los ríos más importantes de Colombia: Magdalena, Caquetá, Cauca y Patía, además de infinidad de afluentes y más de una treintena de lagunas, como La Magdalena, donde el río se lanza a su andadura, como muchos ríos y quebradas que bajan de los páramos.
Volando sobre los guardianes de piedra
La neblina de la mañana aporta su personalidad al paisaje. Este es un laberinto montañoso, limado milenariamente por el agua, donde grutas, cañones y honduras inverosímiles acomodan un mundo escondido, tanto o más seductor que el superficial.
Los científicos que han estudiado la cultura agustiniana coinciden en que la posición de los complejos funerarios construidos en estas explanadas o mesetas está determinada por la cosmogonía de los Chamanes Jaguares, presentes en muchas de las piezas líticas encontradas en este territorio del sur del Alto Magdalena y ocupados antiguamente por comunidades indígenas de yalcones, piramas y timanaes.
Volamos primero sobre la Meseta B, la más sugerente desde el aire. Esta tiene tres montículos funerarios con una zona central donde está la escultura del Obispo, también la de la Maternidad, representada por una mujer con un niño en los brazos, y dos esculturas guardianes de la entrada a la tumba.
Aquí también podemos divisar las imponentes esculturas del Águila, con una serpiente en sus garras y la cabeza triangular que apunta al oriente.
La Meseta A tiene, por su parte dos montículos, uno con un templete de estilo dolménico cuya deidad principal lleva una máscara felina, un palillo y un caracol en las manos para la masticación de coca.
A sus lados se encuentran dos cariátides conocidas como Doble Yo, que representan guerreros y guardianes y no "tres obispos de medio cuerpo, hasta la rodilla, con su mitra" como escribió fray Juan.
En el otro montículo, el del templo de la luna, la figura principal tiene vientre abultado y máscara de rasgos felinos.
También hemos volado sobre la Meseta D, donde se encuentran la entrada principal al parque, la casa de administración y el museo, cerrados con teja de barro en sus techos. Aquí se encuentran varias estatuas de la fase primaria del desarrollo de la cultura agustiniana.
San Agustín es la narración de los afanes de habitantes de otros tiempos, el reflejo de sus preocupaciones, el testimonio de sus logros científicos y artísticos, además del retrato del desarrollo de nuestra especie. Representa una ruta paralela y apartada ensayada por la humanidad.
El conjunto del cuadro natural, la riqueza cultural y el verde del bosque explican por qué los Parques Arqueológicos de San Agustín, Alto de los Ídolos y Alto de Piedras fueron declarados, en 1995, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Si usted va...
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Usted podrá ver en Google Maps los lugares desde donde fueron obtenidas las fotos que ilustran esta nota, imágenes adicionales y un recorrido virtual por la zona. (Haga click aquí
También desde este  enlace podrá verlo con Google Earth. Si aún no tiene el programa puede descargarlo de forma gratuita en http://earth.google.com/.
FRANCISCO FORERO BONELL
TEXTO Y FOTOS
flforero@gmail.com
Este proyecto es posible gracias a IM Editores y Juegos del Aire Colombia, quienes han formado la iniciativa llamada desdelaire.com, y a Google.
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