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Catherine Deneuve y Gérard Depardieu, pareja favorita del cine francés, actuarán de nuevo juntos

Tras 14 años sin rodar juntos, las superestrellas se reúnen otra vez en 'Los tiempos que cambian'.

Redacción El Tiemposeptiembre 21 de 2007, 12:00 A.M.

Los dos, que han realizado seis películas juntos a lo largo de sus carreras, continúan vigentes a pesar del paso de los años.

Entre tanto, Brigitte Bardot defiende los derechos de los animales; Jeanne Moreau aparece como un espectro en una que otra cinta y Alain Delon anuncia resurrección en la nueva secuela de Asterix.

En cambio, Deneuve y Depardieu han envejecido, y bien, en pantalla. Cada uno en su carril no ha parado de filmar y trabajar sin descanso desde que empezaron sus carreras hace más de 30 años. Y, a pesar de que eso de la 'la tercera edad' (él tiene 59 años; ella, 65 bien conservados) les cabe como anillo al dedo, ellos siguen, como si no importara.

De hecho, el tema de Los tiempos que cambian, una historia de amor otoñal en Marruecos, del director André Téchiné (Lejos del mundo, Mi estación preferida), es el paso de los años. La madurez vista a través de un obsesivo ingeniero, Antoine (Depardieu), que viaja a Tánger a buscar a su primer amor: una fría Cécile (Deneuve). "Desde que leí este guión sentí que era una historia que hablaba de los actores que vivimos de alguna manera en pantalla -dice Denueve-. Porque la cinta, en una segunda lectura, habla de la relación que hemos tenido con Gérard en nuestras carreras. Somos viejos conocidos. Amigos, dentro y fuera del cine".

Y sobre verse madura en pantalla, Deneuve comenta: "Lo bueno de envejecer y de las arrugas es que ahora se habla mucho más de lo buena actriz que soy", ha dicho.

Deneuve en sus primeros años supo combinar su etérea apariencia con roles que le dieron prestigio, como el musical Los paraguas de Cherburgo (1964). Y luego cintas con directores importantes, como Repulsión (1965), de Roman Polanski; Bella de día (1967), de Luis Buñuel, y La sirena del Missisipi (1969), de François Truffaut, la mantuvieron en la primera línea.

Deneuve era sinónimo de una belleza fría, espléndida. Nadie alababa demasiado su histrionismo y actuaciones, pero no hacía falta. Era una carta segura. "Una estrella hermosa", era la consigna general. Sin embargo, las cosas cambiaron en 1980 cuando Truffaut, su ex amante y director clave de la Nueva Ola Francesa -el movimiento que renovó el cine galo en los años 60- , la hizo protagonizar El último metro, junto a Gérard Depardieu.

"Esa película me ayudó a que me tomaran más en serio", decía en la prensa gala Deneuve. Y vaya sí que lo hizo. La cinta sobre la relación de una pareja de actores en la Francia bajo la ocupación nazi le dio un segundo aire a su carrera. Su interpretación fue premiada con el Oscar francés, el César (el primero que obtenía tras 20 años en el cine).

Depardieu también sacó dividendos. Se llevó su propio César para la casa y su fama creció en prestigio. El actor se había destacado en 1974 como un buscapleitos en el filme Les valseuses, y compartir con Deneuve en pantalla en 1980 sólo le ayudó a lograr mejores papeles. Incluyendo las cinco restantes películas que han compartido (desde Le choix des armes, de 1981, pasando por Drôle d'endroit pour une rencontre, de 1989, hasta Los tiempos que cambian).

Históricamente, sus colaboraciones conjuntas han sido un atractivo para llevar gente al cine en Francia y enfrentar la invasión 'hollywoodense'. Porque Deneuve y Depardieu son las caras vigentes del cine galo. Las facciones del modo de hacer cine en Francia. Cine de autor, películas fuera de la fórmula. Drama y actores de lujo.

ERNESTO GARRATT VIÑES

EL MERCURIO (CHILE)

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Redacción El Tiemposeptiembre 21 de 2007, 12:00 A.M.