A uno de ellos, los familiares de una paciente que era transportada en ambulancia al Seguro Social, lo amenazaron con un arma y le dijeron que si moría, él era el responsable.
A otro, le debieron coger ocho puntos en el labio luego de que fue atacado en un centro de salud por el familiar de otro enfermo.
"No hemos revisado a los pacientes y ya nos están amenazando", aseguró el médico Rafael Gómez, quien dijo que todos los fines de semana se presentan problemas.
"Tenemos que pararnos firmes y frentear para que la gente respete", dijo Gómez.
A su colega Lorena Galván, del Centro de Salud del barrio Bastidas, una paciente le pegó y luego la amenazó de muerte. "En varios casos el celador me ha salvado", cuenta ella.
La crisis comenzó hace un año tras el cierre del Hospital Central. Allí había 160 camas y por eso se remitía a los pacientes de los centros de salud para que recibieran atención. A este cierre se sumó el de la clínica José María Campo Serrano que prestaba atención a los afiliados al ISS y que tenía 125 camas.
El Distrito argumenta que no tiene recursos para ampliar cobertura y sólo hay prioridad para los casos extremos.
El personero del Distrito, Jorge Noguera Dinapoli, por su parte, pidió a los samarios proteger a sus médicos.
Por lo pronto, Luis Alfonso Restrepo, gerente de la empresa social del estado Alejandro Próspero Reverand, encargada de los puestos de salud, pidió al Comando de la Policía reforzar la vigilancia en esos centros.
LEONARDO HERRERA D.
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
SANTA MARTA