Él dice que no va a pelear por puestos ni por los cargos directivos del Senado y que su interés no es adquirir falsos protagonismos en los próximos cuatro años.
Fiel al principio de su comunidad, el Pueblo de los Pastos, en Nariño, dice que practicará la 'Payacúa', es decir, la costumbre de "dar más de lo que se recibe".
Fue así como sus ancestros lograron labrar la tierra sin esclavizar o contratar mano de obra. Simplemente, cuando alguien invitaba a 'Payacúa' a una finca, todos acudían a echar una manito. Ahora, en el Congreso, Estacio quiere seguir esta tradición.
No se trata ahora de cultivar la tierra o recoger la cosecha. No. Su objetivo es que a los indígenas de Colombia les entreguen la responsabilidad de cuidar los páramos del país para preservar la tierra y, por supuesto, el agua.
"Los páramos son la vida y qué pasaría si se acabaran. Para muchos el territorio es algo para explotar, para nosotros es un organismo que tiene vida y hay que cuidar", dice.
Estacio ve muchos peligros sobre estos territorios: la ampliación de la frontera agrícola, la invasión de los actores del conflicto y el establecimiento de empresas que quieren comercializar el agua.
"Nosotros sí tenemos una buena forma de vivir y nuestro interés no es explotarlos, sino cuidarlos", dice, y luego explica que eso se podría lograr a través de una ley de ordenamiento territorial.
Estacio no la tiene fácil. Es su primer periodo en el Congreso y tendrá que lidiar con sus colegas de la Comisión Quinta, de asuntos energéticos, donde prima más el interés por las regalías que por el futuro de los páramos.
Aún así, espera que la cultura de la 'Minga', es decir, de las reuniones por el pensamiento, donde todos hablan y aportan ideas, se imponga en el Congreso.
Ya tuvo su primer tropiezo. En su primera intervención en la plenaria no lo dejaron hablar. Él quería denunciar que lo estaban discriminando con la asignación de oficinas y carros, pero en este intento quedó aún más discriminado.
Pero este indígena de 31 años, con un título de licenciado en Ciencias Sociales, no se desanima y es consciente de que su tarea no será fácil. "Sabemos que no podemos decidir, pero sí podemos incidir en algo", dice.
JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ
REDACTOR DE EL TIEMPO