La situación se antoja al menos absurda. Interponen una tutela al Instituto Distrital de las Artes (Idartes) para exigir que las propuestas tenidas en cuenta para todos los procesos relacionados con Rock al Parque sean exclusivamente de “rock puro”.
O que, en su defecto, el festival reciba otro nombre ante lo inaceptable del demandante en que música de rock fusión, e incluso de ambientes como la electrónica, el funk, el R&B o el pop, por mencionar algunas, tengan cabida en el ya tradicional evento bogotano.
¿Tendrá sentido alguno pretender que el rock se entienda como una forma musical con algún tipo de pureza cuando ya han pasado 17 años de este siglo?, ¿cuando el llamado rock cumplió ya 60 años de historia?, ¿cuando ya ha pasado por las más increíbles transformaciones y evoluciones?, ¿cuando el mundo de la música en general vive su momento de mayor pluralidad?
Tiene que engañarse de manera ingenua el que busca tamaño despropósito. ¿Cuántas veces tendrá que repetirse que el rock, si lo queremos ver de esa manera, es el más impuro de los géneros musicales?
¿Que fue gestado en una amalgama amorfa de elementos venidos del country, el western, el jazz, el rhythm and blues, el blues rural, el swing, el jump blues, y que, por demás, terminó a nivel social siendo una integración racial de blancos y negros?
Y luego estuvo todo lo que implicó el rock a nivel de propuestas. La electrónica, como género musical, por ejemplo, nació de la experimentación que hicieron músicos catalogados dentro del rock progresivo o el rock artístico.
Después, valdría recordar la generación del new wave, que, con absoluta desfachatez e inteligencia, rompió el esquema crudo y simplista del punk para instaurar un mundo apasionado de sonidos que se valió del reggae, el swing, el sonido Motown, la electrónica y otros tantos, en uno de los momentos más vibrantes en la historia ¿de qué...? Del rock.
No imagino el desgaste que significa una acción como esta. ¿Se tendrá que sentar un juez de la República a
determinar qué es y qué no es rock? ¿Tendrá que nombrarse un comité de ‘puristas del rock’ para establecer un juicio de valor sobre qué es rock y qué no es rock?
En léxico muy colombiano: no nos crean tan pendejos.
DANIEL CASAS
Periodista musical