En el segundo semestre de este año, la sede central de la Biblioteca Pública Piloto (BBP), en el barrio Carlos E. Restrepo, abrirá nuevamente sus puertas, luego de estar cerrada por más de un año, debido a obras de adecuación.
La remodelación, que empezó en diciembre de 2015, se dio en gran parte por requerimientos de los usuarios, quienes a través del Sistema de Peticiones, Quejas, Reclamos y Sugerencias comentaron que el lugar tenía grietas y falta de mantenimiento estético.
Sumado a ello, y por el desgaste de los años, la BPP necesitaba ser intervenida en su estructura, al no contar con un soporte sismorresistente. Asimismo, el diseño de redes eléctricas, hidrosanitarias y de telecomunicaciones se incluyeron en la renovación.
Con recursos suministrados por la Administración Municipal se iniciaron las obras, que fueron divididas en dos etapas.
En la primera, que ya finalizó, se reforzó durante 10 meses la infraestructura física para dar cumplimiento a la norma de sismorresistencia. En esta, fueron invertidos cerca de 7.000 millones de pesos.
Ahora, con un plazo de ocho meses, se encuentra en proceso la segunda etapa complementaria de adecuación, con la que se busca un acondicionamiento interior que permita una adaptación a nuevos dispositivos de lectura, escritura y oralidad. Se tiene presupuestada una cifra que supera por poco los 5.000 millones de pesos.
A pesar del cierre, la biblioteca pública sigue prestando servicios descentralizados. “Los talleres, las cátedras, los conversatorios, algunas conferencias y actividades de formación para los públicos se han descentralizado hacia otros espacios culturales de la ciudad, como la Casa de la Cultura de Los Colores y de Pedregal”, contó Shirley Zuluaga, directora de la BPP.
La Torre de la Memoria, las filiales y la Sala Antioquia también alojan otras de estas actividades. Además, la estrategia de descentralización fue aplicada a los libros y distintas colecciones. Más de 40.000 ejemplares viajaron a los Parques Biblioteca y otras casas de cultura.
¿Qué novedades traerá?
Con la entrega de la BBP, el lugar quiere ser para la ciudadanía un puente entre dos tiempos. Según Zuluaga, la biblioteca conectará el pasado y el presente. No obstante, continuará rescatando la memoria y el patrimonio para ponerlos en vigencia permanente. En cuanto a la colección patrimonial, el nuevo edificio tendrá lugares de exhibición más interactivos e informativos.
“Aparte de la adecuación física, la Piloto tendrá una transformación trascendental que va más allá de ser un depósito de libros y que se concentra en ser un centro vivo de información, pensamiento y conocimiento, ser patrimonio y memoria viva, alentar espacios para los aprendizajes y la cocreación y ser una institución con incidencia social y cultural”, anexó.
Las adecuaciones, como concluyó la directora, llevará a la Piloto a convertirse en un sitio contemporáneo de interacción histórica y de debate al servicio de la ciudadanía.
HANIER ANTURI RAMÍREZ
Para EL TIEMPO
MEDELLÍN