Samsung se suma al corrillo de compañías que tratan de llevarse bien con la administración de Donald Trump, al anunciar una inversión para expandir la producción en Estados Unidos.
Pero este tipo de iniciativas tienen siempre una consecuencia y para que la suma salga cero deberá hacer ajustes por algún lado. Así, la afectada por la reordenación de piezas será México.
El plan de inversión es de 300 millones de dólares. La idea es destinar ese dinero a la construcción de una nueva planta, que dará empleo a 500 personas. El rotativo The Wall Street Journal anticipa que la expansión afectará a la fábrica en Querétaro.
Donald Trump amenazó durante la campaña electoral con imponer elevados aranceles a los productos que entran por la frontera sur para consumirse en el mercado estadounidense.