Los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne irrumpieron en el panorama cinematográfico internacional cuando su cinta Rosetta ganó la Palma de Oro en Cannes, en 1999. Al recibir el mismo galardón en 2005, con el estupendo filme El niño, ya su estilo se había convertido en una influyente corriente en el cine contemporáneo, con su temática social, sus planos secuencia y su frenético ritmo narrativo.
Tras la irregular Dos días, una noche, ahora regresan con otro filme de corto vuelo: La chica desconocida.
Una médica que atiende a los vecinos de un pueblo de Bélgica se ve involucrada en una lamentable situación.
Tras negarse a atender a una mujer que llegó a su consultorio después de la hora de cierre, al otro día se entera de que apareció muerta cerca del río. Agobiada por una combinación de culpa y curiosidad, la médica se propone averiguar la identidad de la víctima y las circunstancias de su muerte, exponiéndose a varios peligros.
La chica desconocida es un producto descafeinado del cine de los Dardenne. Aunque el ritmo narrativo de la película mantiene atento al espectador, la historia carece de la intensidad y la profundidad de lo mejor de su obra, y además adolece de otras deficiencias.
Si bien Adèle Haenel actúa muy bien, es poco creíble en su rol de médica y se enfrenta en el momento culminante con un actor al que le queda grande la intensidad dramática de la escena.
Además, las claves del enigma no se develan por el desarrollo natural de la historia, sino por la gratuita aparición de dos personajes que caen del cielo cuando más los necesita el guion.
‘La chica desconocida’
Dirección: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Con: Adèle Haenel
MAURICIO REINA
Crítico de cine