Luego del fin del conflicto con las Farc, una de las preocupaciones del país debe ser la descontaminación del territorio, ampliamente afectado por la presencia de restos de explosivos usados en la guerra.
En su informe anual, que será presentado este jueves, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advierte sobre la continuación de los accidentes por estos artefactos. Recuerda que en el 2016 la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonas (Daicma) registró 63 heridos y 11 muertos por la detonación accidental de explosivos.
Aunque esta es la cifra más baja en los últimos 26 años de confrontación armada, el problema sigue siendo un reto en el posconflicto.
Hasta enero del 2017 se habían priorizado para descontaminación 207 municipios, de los cuales 22 están en operaciones de desminado. La dificultad radica en que no ha sido posible cuantificar los restos explosivos y armas, y tampoco se tiene certeza de su ubicación.
El CICR llama la atención sobre el hecho de que en las zonas que presentan mayor contaminación por estas armas, “los niños temen ir a la escuela” y que “muchos ni siquiera pueden caminar con confianza en el patio de sus propios hogares”.
Entre 1990 y el 2016 se registraron en el país 11.472 víctimas de artefactos explosivos, de las cuales el 39 por ciento son civiles.