Dos meses de salario que les adeuda a la mayoría de sus empleados y la falta de pago por los servicios que le vende a las EPS, tienen al segundo hospital más importante del Quindío, La Misericordia de Calarcá, casi en ‘cuidados intensivos’.
En palabras del gerente de la E.S.E., Leonardo Quiceno, “estamos ilíquidos, en déficit de caja”, aunque, asegura que han facturado lo necesario para mantener vivo al centro asistencial. Sin embargo, las deudas de las EPS lo están llevando a deberle dinero a los empleados y proveedores. El hospital tiene un presupuesto de cerca de 1.500 millones de pesos en gastos, pero a la fecha están ingresando unos 1.000 millones de pesos.
“El decreto dice que las EPS tienen 5 días para girar el 50 por ciento del valor de la factura y de ahí tienen más tiempo, las EPS han venido girando el 50 por ciento pero se queda en aclaración el resto desde hace más de 5 años y todo se va quedando en cartera”, explicó Quiceno.
Sin contar las deudas que quedaron pendientes de las EPS que ya fueron liquidadas, actualmente las empresas prestadoras de salud le deben a La Misericordia unos 10.000 millones de pesos. Mientras que las deudas del hospital suman unos 4.000 millones de pesos. Aunque el funcionario dijo que están haciendo un esfuerzo por pagarles esta semana a los empleados, el sindicato de trabajadores de la salud del Quindío y el personal del hospital piden una solución de fondo.
Gerardo López, miembro del Sindicato, señaló que “la situación es crítica en cuanto a la parte financiera. Los costos de sostenimiento superan los ingresos reales de la entidad”.
César Zamora, esposo de una enfermera que trabaja en el hospital, contó que “no se ve una solución. El gerente dice que consigan mientras él tiene con qué pagarles, pero no les ofrece nada. La Alcaldía tampoco gestiona nada”.
Y agregó que “el gerente dijo que de pronto el 10 (de marzo) les pagaba pero solo un mes de salario. Además, tenían que liquidar a los empleados pero solo dieron las cesantías sin los intereses”.
Por su parte, Quiceno afirmó que “los empleados son personas que viven de este salario y tienen que estar prestando para que, cuando se les pague, puedan responder con sus obligaciones. Es toda una cadena que perjudica a los empleados de la salud”.
ARMENIA