Con el lanzamiento de cuatro misiles balísticos en respuesta a los ejercicios militares de Corea del Sur y Estados Unidos, así como la expulsión del embajador de Malasia, en represalia por igual medida de ese país con su representante diplomático, el régimen de Corea del Norte subió la tensión en esa región de Asia.
Los cuatro proyectiles fueron disparados desde la costa noroccidental y volaron 1.000 kilómetros para caer en el mar del Este (Mar de Japón).
Tres de ellos cayeron en la Zona Económica Especial de Japón –espacio que se extiende a 370 kilómetros desde la costa nipona–, cerca del litoral de la prefectura de Akita.
Seúl, Washington y Tokio condenaron la acción, mientras que Pekín, lo más parecido a un aliado que tiene Corea del Norte, dijo oponerse al lanzamiento, aunque un portavoz del Gobierno chino instó a todas las partes implicadas a apostar por la contención, en referencia a las maniobras militares ‘Foal Eagle’, que cada año llevan a cabo Washington y Seúl en territorio surcoreano y que arrancaron la semana pasada.
(También: Consejo de Seguridad se reunirá el miércoles por misiles norcoreanos)
Lío con Malasia
Los ejercicios vienen marcados por la tensión por el asesinato, a mediados de febrero, de Kim Jong-nam, medio hermano del líder norcoreano Kim Jong-un, en el aeropuerto de Kuala Lumpur (Malasia).
Kang Chol, embajador norcoreano en Malasia, fue expulsado el lunes al no disculparse por sus críticas a la gestión del asesinato de Kim por parte del Ejecutivo malasio, y después de que no se presentase a una cita convocada por el Canciller de ese país.
Poco después, Pyongyang anunció la expulsión del embajador malasio en la capital norcoreana en represalia a la de su representante diplomático en Malasia.
EFE