Habilitar para el turismo senderos que antes estuvieron sembrados de minas antipersonas es una de las iniciativas que serán puestas en marcha en el noroeste de Colombia para rehabilitar social y económicamente áreas duramente golpeadas por el conflicto armado.
“Tenemos un proyecto, denominado ‘Turismo para la paz’, que tiene como objetivo potenciar el posconflicto como una oportunidad para buscar en el turismo un método de restauración social y económica”, manifestó el secretario de Producción y Competitividad de la Gobernación de Antioquia, Rodolfo Correa Vargas.
El funcionario, que estuvo presente en la Vitrina Turística de Anato (la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes), explicó que la idea es “pasar de zonas de guerra, de llanto, de dolor, de balas, de enfrentamientos, de conflicto (...) y convertirlas en zonas de aventura, de esperanza, de alegría”.
En suma, se trata de aprovechar la paz con la guerrilla de las Farc, para que maravillas que durante décadas estuvieron vedadas a actividades normales se puedan usar con fines recreativos, de vida, para turistas nacionales y extranjeros, aclaró.
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La idea es que en esos lugares, que además del conflicto armado sufrieron el abandono del Estado, se puedan hacer senderos turísticos, para lo cual se han inspirado en las rutas de Camino de Santiago (España), añade Correa. Una de las regiones de Antioquia donde se vivió con más intensidad el conflicto con las Farc y que ahora tiene un inmenso potencial turístico es el cañón de la Llorona, a 230 kilómetros de Medellín, entre los municipios de Dabeiba y Mutatá.
“El cañón de la Llorona era la antigua zona estratégica de disputa militar en el conflicto, un lugar estratégico para el cruce de cocaína, tráfico de armas, etcétera”, por estar ubicado en la carretera que lleva de Medellín, la capital regional, a Turbo, puerto caribeño en la región de Urabá, cercano a la frontera con Panamá. Sin embargo, este cañón “tiene un potencial ecológico enorme”, pues “está lleno de senderos, cascadas, zonas de esparcimiento bellísimas y un territorio casi que virgen”, añade.
Para concretar el proyecto, según Correa, se buscará crear corporaciones en las que participen profesionales y excombatientes que se conviertan en guías y operadores de servicios turísticos. También serán habilitadas como parques naturales algunas de las antiguas zonas de guerra que tienen potencial ecoturístico, y se integrará a los nuevos operadores de estos servicios al Plan de Macroestrategias Regionales de Desarrollo Turístico, de la Gobernación de Antioquia.
EFE
Bogotá