Entablar un intercambio de ideas que visibilice los beneficios de la implementación del acuerdo de paz en esta región del país es el eje central del ‘Diálogo Útil para la Construcción de Paz en Norte de Santander’, una iniciativa que se inauguró este viernes en compañía de funcionarios de la administración departamental, movimientos políticos de izquierda, organizaciones sociales y comunidades campesinas.
Este escenario de participación contempla la construcción de acciones encaminadas a la eliminación de los brotes de violencia en el Catatumbo, a través de la reconciliación y la inclusión de comunidades, que históricamente han sido marginadas por las condiciones precarias de sus territorios.
Durante el encuentro, al que asistieron unas 300 personas, se acordó la elaboración de un documento que pedirá al mecanismo de monitoreo y verificación del acuerdo de paz una circunscripción especial en ocho municipios de Norte de Santander, para concentrar allí los múltiples programas e incentivos derivados del posconflicto.
“Se busca que esas localidades se incorporen en un programa con enfoque territorial, que permita implementar todos los componentes de la reforma rural integral, como el fondo de tierras, la formalización de los predios y el acceso de las comunidades a salud, educación y vías. También queremos que se impulse una figura constitucional para que acá se garantice representación política”, aseguró Johana Silva Aldana, subdirectora de Centro de Estudios para la Paz (Cespaz).
Adicionalmente, entre los representantes sociales y dirigentes campesinos se busca concretar un pacto político que logre desescalar la intensidad del conflicto y que blinde a estas poblaciones nortesantandereanas de la entrada de nuevos actores armados.
‘Caño Indio parece un potrero’
Por otra parte, el evento contó con la presencia de Judith Maldonado, delegada de Voces de Paz (movimiento político de las Farc), quien comparó la zona veredal ubicada en Caño Indio, área rural de Tibú (Norte de Santander), con un potrero, por presentar retrasos en su instalación como punto de desarme para 300 guerrilleros.
“Hay que reconocer de manera enfática que lo que sucede en la zona veredal de Norte de Santander es una completa falta de seriedad del Gobierno. Ellos tenían esos compromisos de protocolo desde el 23 de junio del año pasado. Sabían de la firma del acuerdo (...) El atraso logístico es enorme que parece un potrero”, aseguró la representante del grupo subversivo.
También señaló que algunos hombres con hepatitis y mujeres en avanzado estado de embarazo, concentrados en esta área transitoria, no están recibiendo la atención médica necesaria, lo que podría desencadenar una crisis humanitaria entre los miembros de esta facción rebelde.
Desde su asignación, la zona veredal de Caño Indio, en esta región del Catatumbo, es la que presenta más dificultades y atrasos en todo el país, debido a la presencia de cultivos ilícitos y al dilatado proceso de negociación entre campesinos y Gobierno para ordenar la sustitución voluntaria.
CÚCUTA