Un pueblito mexicano que enamora, playas paradisiacas, una variada oferta hotelera que va desde hostales para mochileros hasta hoteles de puro lujo; aventura, naturaleza y una gastronomía exquisita. Eso y mucho más hace parte de la oferta turística de Puerto Vayarta y Riviera Nayarit, dos vecinos bañados por el océano Pacífico que, juntos, ofrecen uno de los destinos más completos y exitosos de México.
La visita comienza en el legendario Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, aquel que se ha hecho famoso en películas y canciones; un pueblo típicamente mexicano lleno de tiendas de artesanías, restaurantes, plazas e iglesias coloniales.
El clima es una de sus virtudes, gracias a la brisa que sopla del mar y a la frescura de la Sierra Madre, a ese conjunto de montañas, bosques, ríos y cascadas que custodian la región. Las temperaturas se mantienen entre 27 y 30 grados.
Un pueblo que se deja caminar entre playas y un largo malecón. A diez minutos del aeropuerto de Puerto Vallarta queda la Riviera Nayarit. Un corredor turístico de 307 kilómetros de costa que va desde Nuevo Vallarta hasta playa El Novillero, en el estado de Nayarit.
Nuevo Vallarta es la puerta de entrada a este destino, que concentra la oferta hotelera más grande de ese país, donde el lujo no tiene límite. Un moderno desarrollo bordeado por cinco kilómetros de arena dorada complementa su oferta con campos de golf, vegetación selvática, spas y áreas para el deporte y el entretenimiento nocturno.
Otro lugar para ver y disfrutar es Punta Mita. Construido sobre un viejo pueblo de pescadores y artesanos, es actualmente uno de los lugares más sofisticados y selectos de todo el destino. Son diez kilómetros de playa virgen, rodeados por las verdes colinas serranas que contrastan con el interminable azul turquesa del Pacífico mexicano*.
Una playa escondida
Las islas Marietas son un destino imperdible de la Riviera Nayarit. Y allí queda la Playa del Amor, premiada como una de las más bellas y exóticas del mundo. Es una maravilla de la naturaleza que sorprende con el anillo de piedra que la rodea y que la esconde cuando la marea está alta. No en vano se conoce también como Playa Escondida. Es el lugar para ver desde tortugas marinas, mantarrayas y delfines, hasta pulpos y ballenas jorobadas.
*Con información del Consejo de Promoción Turística de México.