La Policía informó que Éder Cuetia Conda, asesinado el domingo pasado en Corinto, Cauca, tenía anotaciones delictivas por receptación, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. Según versiones de la comunidad, además, se dedicaba al cultivo y venta de marihuana.
Tras el crimen, varias organizaciones y entidades, incluida la Defensoría del Pueblo, incluyeron a Cuetia en la lista de líderes sociales asesinados en los últimos meses.
Aunque voceros de la Policía señalaron que no se descarta ninguna hipótesis, la de su supuesta labor como líder comunal es de las más débiles.
En el expediente hay un documento del resguardo paez de Corinto, según el cual la víctima “no había asumido cargos de dirección o liderazgo en el cabildo”. Ese mismo documento manifiesta la preocupación por el crimen.
Algunos familiares admitieron ante la Policía que Cuetia vivía en la vereda Siberia, donde supuestamente cultivaba la hoja, que luego vendía por libras. Los mismos testimonios dicen que en ocasiones, Cuetia apoyaba a la guardia indígena.
Las autoridades no tienen pistas de los autores materiales del crimen.