Los ensayos en pista son muy limitados y los trabajos de laboratorio se hacen en sofisticados simuladores dinámicos, que reproducen con gran exactitud las reacciones y cambios que tendría el carro en la realidad. Y además, permiten ensayar diversos reglajes ajustados a cada pista e introducir variables, gracias a la interacción con los sistemas electrónicos de los carros.
Casi es una tarea de ingenieros, y el simulador está colmado de sensores que registran todos los movimientos y en la práctica se necesitan la sensibilidad y la apreciación de pilotos profesionales para hacer simulaciones.
Muchos de esos cargos los ocupan pilotos retirados o cuya carrera ya está jugada afuera de la F1. En el caso de Tatiana Calderón hay una diferencia, pues es corredora activa en la serie GP3 (Fórmula 3).
Lleva ideas frescas y reales de los autos del momento y a su vez se surtirá de toda la información y dirección de los ingenieros, lo cual es un gran bagaje técnico para su progreso en esa categoría. Su vinculación a Sauber es un importante paso, favorable en doble vía.
Tiene también otro beneficio: los ingenieros de un equipo podrán valorar sus conocimientos técnicos y calibrar su evolución durante el torneo de la GP3, una carta muy directa si su perfil se esboza como una posible candidatura para pasar a las pistas con un F1, ya que se sustentará con datos reales de sus habilidades, que podrían pasar por un examen de fondo si es convocada a alguna de las jornadas de pruebas que tenga el equipo en el año.
La puerta de Sauber que se le abre a Tatiana es una linda oportunidad para saltar a otro nivel y ser reconocida en el Paddock de la F1, donde –además– su belleza y juventud serán un atractivo, pues no es que en el mundo actual abunden mujeres con su talento y proyección.