“Felicitaciones, mi niña, qué gran inicio de campeonato. Así es como es, con responsabilidad, ganas, amor por el fútbol y goles...”. Esas palabras hicieron parte del emotivo mensaje que encontró Geraldine cuando llegó al hotel, luego del festejo que vivió con sus compañeras de equipo y el cuerpo técnico de Envigado-Formas Íntimas, tras la victoria, ya en el minuto final, sobre Bucaramanga, el domingo pasado, en la primera fecha de la Liga profesional femenina.
Las breves palabras eran de Edwin Cardona, su hermano mayor, una de las figuras del Monterrey y quien desde México estuvo atento al debut de la única mujer entre sus hermanos, lo que la hace tan especial.
Geraldine se sentía feliz porque además recibió las felicitaciones de Mateo, su hermano que juega en el Once Caldas; de Yeison, el menor de todos y único del clan Cardona Bedoya que no juega fútbol, al igual que de su papás, Paula y Andrés.
Y no era para menos: iniciar el torneo con una victoria como visitante, en una cancha difícil, con un calor agobiante y a punto de finalizar el partido le dieron más brillo al triunfo del equipo, dirigido por el técnico Juan Carlos Muñoz.
“Pues el gol fue en el último suspiro, lo celebramos a grito entero porque sabíamos que era el tanto de la victoria y se logró después de una gran jugada colectiva. Fue también histórico porque marqué el primer gol del equipo en el campeonato”, dijo en charla con EL TIEMPO la lateral derecha del equipo naranja.
“Fue un partido apretado, con muchas faltas y un juego bien defensivo del local. Además, el calor de la mañana, entre las 10 y las 12 del día, se siente más en una campo sintético como en el que jugamos en la cancha Marte; se vuelve muy duro, pero eso hace parte del juego”, dijo la menuda jugadora, de 1,56 metros de estatura y 50 kilos de peso.
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De a poco, han quedado atrás las necesidades con las que creció al lado de su familia, una vida que estuvo llena sacrificios; pero, gracias a Edwin, quien fue el que abrió la puerta grande al éxito, la situación ahora es diferente.
“Sí, tengo una muy buena relación con todos mis hermanos, aunque con Edwin es mucho más afectiva, y él lo sabe. Él me ve como una hija, me aconseja y guía. Nosotros no nos perdemos los partidos que él juega y siempre estamos pendientes. Me ayuda bastante, y su carrera es un incentivo más para salir adelante en el fútbol, más ahora que ya hay una liga profesional en Colombia. Queremos ser protagonistas del torneo y lograr el título para quedar en la historia como las primeras campeonas”, dijo la estudiante de farmacéutica y quien desea en el futuro estudiar y graduarse de fisioterapeuta.
Marca y presión
Ya en la cancha, Geraldine deja de ser un tanto amable para meterse de lleno a enfrentar a las rivales. Alterna la posición de volante de marca con la de defensa, pero en los últimos tiempos se ha especializado en marcar la lateral derecha, sin olvidar su ambición ofensiva. “Bueno, también tengo varias virtudes que identifican a Edwin. Le pego bien al balón, poseo mucha técnica, me gusta encarar y, claro, marcar goles. Eso como que es de familia, aunque Edwin y Mateo son mucho más ofensivos”, contó la jugadora, de perfil derecho y quien toda su trayectoria la ha realizado en Formas Íntimas, apoya a los equipos en los que juegan sus hermanos y se declara hincha del ‘Poderoso’ DIM.
Geraldine admira a Diana Ospina, integrante de la selección Colombia femenina de fútbol y actual capitana del equipo envigadeño.
“Me parece una gran jugadora, muy técnica, guerrera y un ejemplo para seguir por su temple y temperamento en la cancha; es una líder natural”, resalta la futbolista, de 22 años y que vive con sus padres y su hermano menor en el municipio de Sabaneta, en el área metropolitana de Medellín.
El apellido de alcurnia en el fútbol colombiano que lleva Geraldine es clave y cuenta, pero ella también, con su ADN futbolero, quiere hacerse su propio camino, independientemente del que se ha forjado Edwin, con quien además tiene enorme parecido físico.
Va por más
Su corta historia dice que ya ha hecho parte de seleccionados departamentales y nacionales, que ha jugado la Copa Libertadores femenina, que se proyecta como una excepcional lateral derecha, con mucha salida, sin olvidarse de la marca, y llena de talento, al igual que sus hermanos.
“Ya estamos haciendo historia. Hacemos parte de un gran club en el primer campeonato del fútbol profesional femenino en el país, pero hay que ser ambiciosas; queremos más, soñamos con el título y con tener más satisfacciones en el deporte que amo, el que comencé desde bien niña, cuando acompañábamos a Edwin a sus primeros partidos de barrio o de clubes de Liga. Ese ha sido mi sueño, jugar y triunfar, desde que comencé a darle patadas a una pelota”, concluye la prometedora futbolista.
JAVIER ARANA
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @arana_javier