En el momento de acudir a una entidad financiera por un crédito de consumo, hipotecario o para comprar vehículo, es importante conocer varios aspectos de los préstamos para entender cómo el dinero que se abona en las cuotas cubre el pago de la obligación.
Esto es relevante, sobre todo, cuando al cancelar la deuda puntualmente, pareciera que el monto del crédito no disminuye. A todos nos ha pasado, sin duda.
En este sentido, es importante conocer el método de amortización del crédito, el cual determina la porción del dinero del pago que se utiliza para reducir el monto que se pide prestado o el capital.
Asimismo, se debe conocer la tasa de interés que se cobra y el valor de los intereses que se generan sobre la parte del capital que aún no se ha pagado. Adicionalmente, es fundamental saber qué seguros se cobran en el préstamo al igual que las comisiones bancarias. Finalmente, y no menos importante, el plazo al cual se pacta la obligación.
El medio para conocer todos estos datos es una tabla de amortización, la cual puede ser solicitada al intermediario financiero –el asesor de su banco– como una proyección previa al crédito que desea abrir. En este documento se detallan los abonos a capital, los pagos de intereses, las comisiones y los seguros que se efectúan cada vez que se paga una cuota.
Ahora, también debe tener presente que esta información hace parte del contrato de crédito que se acuerde con la entidad financiera y se da por hecho que algunos bancos entregan al momento de formalizar el prestamo.
El tipo de amortización del crédito determina, finalmente, qué porción del pago o cuota se aplica para reducción del capital y al pago de intereses, y otros gastos.
Por ejemplo, si toma un préstamo con amortización constante, esto implica que el monto de la deuda se divide en el número de cuotas a pagar, por lo tanto, en cada pago se va a aplicar la misma cantidad de dinero para reducir el monto de la deuda.
Por otra parte, los intereses de cada cuota se calculan como una porción (la tasa de interés) del saldo pendiente por pagar del capital. En general, este tipo de amortización implica que el interés va disminuyendo en cada pago por lo que, en toda la historia del crédito, las cuotas se reducen, lo que favorece el flujo de caja del deudor.
En el caso de los préstamos con cuota fija, el abono a capital va aumentando paulatinamente, lo que implica que el pago de intereses al principio del crédito sea muy alto, dando la impresión que el monto adeudado no disminuye. Este tipo de amortización tiene como ventaja que, al mantenerse fija la cuota, es más sencillo planificar el manejo del efectivo.
En el mercado existen otras alternativas de amortización, en el cual las cuotas son crecientes porque los abonos a capital aumentan en cada cuota, o también aquellos préstamos en los que se pagan intereses en cada cuota y al final se abona el total del dinero que se solicitó en el crédito.
Dependiendo de sus necesidades de financiación puede utilizar el método de amortización que más se ajuste. Si está adelantando un proyecto en el que espera tener utilidades al cabo del primer año, puede evaluar tomar un préstamo cuya amortización de capital sea creciente, de tal forma que las primeras cuotas sean bajas y no comprometa su flujo de caja. Si desea aliviar su flujo de caja en el futuro, puede utilizar una amortización constante o hacer pagos anticipados a capital.
FREDDY PULGA
PROFESOR DEL PROGRAMA DE ECONOMÍA Y FINANZAS
UNIVERSIDAD DE LA SABANA