La directora nacional del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), Cristina Plazas, a través de una carta le expresó al cardenal Rubén Salazar, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, su preocupación por el silencio que ha guardado la iglesa referente a la respuesta que dio la Arquidiócesis de Cali a los padres cuyos hijos fueron abusados sexualmente por sacerdotes.
La misiva fue suscitada después del último escándalo que afronta la institución, donde el abogado Walter Collazos, apoderado de la iglesia, aseguró que hay responsabilidad de los progenitores por el abuso del que fueron víctimas sus hijos que implican al William Mazo, condenado a 33 años de cárcel.
“Ante la gravedad de esos argumentos, acudo a su sabiduría para que, de una vez por todas, la Iglesia colombiana rechace y desautorice públicamente esas afirmaciones sobre la base de que no corresponden a los fundamentos de la fe que profesamos”, dice Plazas en la carta.
La directora del ICBF calificó estos hechos como "el delito más atroz de la humanidad" y pidió que se replantearan estas afirmaciones, además le citó al prelado una frase que dijo en el pasado que indicaba que: “En los casos de abuso sexual hay que hacer todo y más para evitar que esto se pueda repetir".
Plazas añadió la frase dicha por el Papa Francisco en la capilla de San Martín, en Filadelfia, al señalar que: "llevo grabadas en el corazón las historias, el sufrimiento y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdote. Continúa abrumándome la vergüenza de que personas que tenían a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños les violaran y les causaran graves daños".
La directora del ICBF pidió una verdadera reparación por los hechos ya comprobados y juzgados, como la aceptación de la Iglesia por la responsabilidad en nombre de los prelados que cometieron los abusos, en especial la demanda de reparación que cursa en el Juzgado 22 Penal de Conocimiento de Cali.
Aún no se conoce respuesta a la misiva por parte de la Arquidiócesis de Cali como tampoco del cardenal Rubén Salazar.
CALI