Señor Director:
Me refiero a su editorial ‘La paz, por buen camino’ (20-2-2017). A propios y extraños puede parecerles aún increíble que el Gobierno y las Farc hayan firmado un acuerdo de paz y que luego 6.900 desmovilizados guerrilleros, protegidos por nuestras mismas Fuerzas Militares, ordenadamente se hayan movilizado por nuestra geografía nacional, sorteando estoicamente toda case de problemas, y concentrado en 19 zonas veredales y 7 puntos transitorios de normalización, sin que ninguna de las partes haya disparado un solo tiro. Aun así, existen quienes dicen llamarse compatriotas que no solo se oponen a este proceso, sino que no dimensionan el alcance de lo logrado por este gobierno de la paz. A ellos solamente resta decirles, como dicen los vallunos: “Al que quiera más, que le piquen caña”.
Rafael Antonio Córdoba Ardila
Seamos informantes
Señor Director:
No sabe uno quiénes son los autores de los petardos en Bogotá. Pero imagina a unas personas desalmadas, llenas de odio, que se dejan lavar el cerebro. Porque de otra manera no pondrían la bomba donde más pueden hacer daño a uniformados jóvenes y a transeúntes inocentes y desprevenidos. No podemos volver a esas viejas épocas, cuando salíamos a la calle con el credo en la boca. Envío mi voz de aliento a los policías heridos, que Dios permita que salgan pronto y lo mejor posible para sus hogares. Sospechemos, seamos todos informantes. Ante la delincuencia, todos debemos estar con la Policía.
Lucila González de M.
El código y los perros
Señor Director:
El nuevo Código de Policía genera dudas para la ciudadanía en algunos de sus apartes. Cómo hacen los dueños de ciertas razas de perros para responderles a las autoridades sobre una póliza canina que, según el presidente de Fasecolda, es imposible expedirla porque no está reglamentada. Lo anterior se presta para todo tipo de abuso de las autoridades. Es muy parecido a lo que ocurre en la reglamentación vial, en la cual la aplicación de las fotomultas y los límites de velocidad en carreteras es un galimatías que facilita, en muchos casos, sancionar injustamente a los ciudadanos.
Mario Patiño Morris
El voto obligatorio
Señor Director:
Se habla de una propuesta del Gobierno que incluye el voto obligatorio. La abstención es indiferencia o ignorancia, pero no elige; en cambio, el voto obligado seguirá siendo indiferencia o ignorancia, pero con el agravante de que sí elige, y eso es peor. Hay quienes argumentan que con la obligatoriedad del voto, los actuales abstencionistas se verán impelidos a culturizarse políticamente y así llevar su preferencia a las urnas. No lo veo así. Quien es obligado a votar, pues irá a la mesa el día de elecciones y depositará el papel de cualquier manera. Si nos preocupa la abstención, primero acabemos la miseria y la incultura, y listo.
Toribio Araújo Segovia
Cartagena
_____________________________________________________