La labor se da dentro del marco del programa ‘Manos a la Paz’, de la Alta Consejería para el Posconflicto, los Derechos Humanos y la Seguridad, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Para esto se busca que jóvenes de distintas carreras realicen actividades de carácter social, para así contribuir en zonas vulnerables.
“Esta oportunidad que están teniendo ustedes, de salir de la comodidad en la que viven, muchos de ustedes con sus padres, representa una experiencia de vida que les permitirá entender que hay regiones del país que no están en las mismas condiciones en comparación con las grandes ciudades”, aseguró el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo.
Natalia Chaparro, estudiante de administración ambiental de la Universidad Piloto de Colombia, hizo parte del programa en el segundo período del 2016, en el municipio Calima El Darién en Valle del Cauca.
“Uno siente que está totalmente aislado, porque a pesar de que se escucha en medios de comunicación sobre la problemática del conflicto, uno está lejos de esos temas y no los siente como parte de uno. Por ejemplo, en las actividades de reparación colectiva solo daban ganas de llorar y querer ser un apoyo para esas personas”, recuerda Chaparro.
En el 2016 ‘Manos a la paz’ tuvo un momento de gran impacto, se trata de la pedagogía que hicieron los pasantes alrededor del documento del proceso de paz.
En las zonas se adelantaron jornadas en los colegios para hablar y debatir alrededor de los puntos del Acuerdo Final y de esta manera entender sus puntos de vista.
Cuando estos jóvenes vuelven a sus ciudades, después de cuatro meses que dura pasantía, ya no son los mismos, como ellos lo afirman. Llegan con historias de un país muchas veces desconocido. Pero sobre todo llegan con la intención de dar su aporte para cambiar el paisaje que por muchos años ha pintado la guerra en zonas campesinas.
En el 2017, jornadas como ‘Empoderando la vida’ buscan que los jóvenes se sientan útiles en la vida y en los territorios en donde van a trabajar.
JULIANA MATEUS
ELTIEMPO.COM