En un mercado laboral tan competitivo como el actual, un título de posgrado es un elemento que puede inclinar la balanza entre potenciales candidatos. Es un aval en la hoja de vida, un sello diferenciador que suele significar un mayor nivel salarial y conlleva, aunque implícito, un mayor estatus profesional.
Las razones de peso para estudiar un posgrado en Educación, sin embargo, exceden las condiciones laborales.
Docencia y educación siempre han estado de la mano. Todo buen docente debe mantenerse actualizado en las principales tendencias de su área, debe contar con metodologías pedagógicas que le permitan captar el interés de sus alumnos por la materia. Y para ello es posible que no baste con un título de pregrado.
La formación de alto nivel que ofrecen las especializaciones y las maestrías brinda al educador las herramientas necesarias para ejercer la práctica educativa de manera efectiva. Incluso de la mano de la tecnología. Estos programas son pensados por educadores para educadores, personas apasionadas por una vocación de formación y transformación social desde las aulas.
Todos los contenidos de un posgrado en Ciencias de la Educación están pensados para mejorar la práctica educativa. Se trate de una especialización en políticas para la educación, un posgrado en metodologías cognitivas, o un curso de primeros auxilios para la institución educativa: el corazón de los contenidos gira en torno a la enseñanza como motor de la transformación social.
Son programas que fomentan el aprendizaje colaborativo y facilitan el intercambio entre colegas, lo cual enriquece el punto de vista del educador, e incentivan el intercambio de aprendizajes entre docentes y alumnos.
Además, ofrecen al profesional una nueva perspectiva sobre las nuevas tecnologías. El debate en torno al uso y la aplicabilidad de las TICs en el aula aún son materia de discusión. Junto con los avances tecnológicos se producen, a veces inconscientemente, nuevas maneras de apropiación social de la tecnología. La actualización del docente frente a esta dinámica y el intercambio de experiencias entre pares son más que necesarias, y en ese sentido, la formación continua del profesional adquiere una importancia indiscutible.
Por ello, para hacer la diferencia desde el aula, todo educador debería contar con al menos un estudio de posgrado.
La oferta de programas educativos en Ciencias de la Educación es muy variada, existen tantos programas como necesidades. Algunos portales web facilitan la búsqueda ya que consolidan la información y permiten filtrarla por diversas categorías. De igual forma, brindan asesoría personalizada, lo cual le facilitará encontrar el posgrado ideal para su futuro como docente. Consúltelas y manténgase actualizado.