Una serie de talleres adelantados por el Ministerio de Salud desde octubre pasado y que culminaron ayer con un mercado campesino, pusieron a los hombres en Soracá a pensar.
“Con actividades muy fáciles como por ejemplo que ellos mismos (hombres y mujeres) marcaran en un reloj elaborado en un cartón, las actividades que adelantan desde que abren los ojos, hasta que se acuestan, encontramos la cantidad de actividades que hace un mujer, mientras que el número de actividades de los hombres es mucho menor”, dijo Elsa Castañeda, investigadora principal del proyecto Laboratorios de Convivencia Social y Estrategia Ciudadana del Minsalud.
También hallaron que las mujeres también trabajan, pero que el que maneja el dinero de lo que devengan los dos es el hombre.
“En el colegio por ejemplo los chicos aterrizaron el tema en una historia de Los Pitufos, donde no hay mamá y entre todos se reparten las labores”, señaló.
Kelly de los Reyes Fortich, otra de las investigadoras añadió que lo que ocurre es que como son tareas que la mujer siempre ha hecho, se volvieron costumbre y se naturalizaron, pero que nunca se les dio el valor que realmente tienen.
Este municipio, junto a Ramiriquí, el barrio San Fernando, en Duitama, y Morcá en Sogamoso, fueron escogidos en Boyacá, por su alto índice de violencia a la mujer.
“No es que la violencia se haya disparado, lo que pasa es que se ha dado mayores espacios y confianza y ahora ellas sí están denunciando”, dijo la alcaldesa de Soracá, Clementina Guayacán y se comprometió a seguir con talleres.