Mientras decenas de personas se manifestaron este sábado en las calles de Caracas para pedir la liberación del líder opositor Leopoldo López, EE. UU. aumentó este sábado la presión sobre Venezuela al pedir “un proceso democrático” y la liberación de los “presos políticos”, en lo que fue el tercero de los movimientos del gobierno de Donald Trump sobre ese país.
En un comunicado del Departamento de Estado, EE. UU. pidió la liberación de las “más de 100” personas presas en Venezuela “por sus convicciones políticas”, entre ellas la de López, quien este sábado cumplió tres años en la cárcel.
Trump ya había exigido la libertad del líder de Voluntad Popular el miércoles pasado tras reunirse con su esposa, Lilian Tintori, en la Casa Blanca, dos días después de que su Gobierno impuso sanciones económicas al vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, por presunto narcotráfico.
EE. UU. está “consternado” no solo por “los presos políticos”, sino también por “otras acciones tomadas por el gobierno de Venezuela “para criminalizar el disentimiento y negar a sus ciudadanos los beneficios de la democracia”, señala la nota del Departamento de Estado.
Así, el gobierno de EE. UU. llama “a la inmediata liberación de todos los presos de conciencia”, pero también al “respeto del Estado de derecho”, “la libertad de prensa”, “la separación de los poderes constitucionales” y “la restauración de un proceso democrático que refleje la voluntad del pueblo de Venezuela”, sin precisar más al respecto.
El Departamento de Estado citó a algunos “presos políticos”, entre los que están López, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, y el exalcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos, así como “muchos otros estudiantes, activistas, periodistas y manifestantes pacíficos”.
Durante la campaña electoral, Trump no dio pistas sobre su política hacia Venezuela, más allá de expresar su “solidaridad con los pueblos sufridos de Cuba y Venezuela” y prometer a los exiliados de ambas naciones en Florida luchar “contra la opresión de los regímenes de (Raúl) Castro y Maduro”.
Pero los movimientos de esta semana indican “que el gobierno de Trump está tomando una posición pública más dura con el régimen de Maduro que el gobierno de Obama”, indicó Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano.
También es significativo que, en los últimos días, Trump haya hablado de la situación de Venezuela, por separado, con los presidentes de Perú, Colombia y Argentina, según las informaciones oficiales sobre sus llamadas telefónicas.
Durante sus audiencias de confirmación en enero, el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, prometió “urgir a la cooperación estrecha” con los “amigos” de EE. UU. en la región y con “organismos multilaterales como la OEA” para “buscar una transición negociada hacia un gobierno democrático en Venezuela”.
Mientras simpatizantes de López salieron el sábado a las calles de Caracas a pedir su liberación, chavistas protestaron para solicitar que se aumente su condena. La manifestación opositora de ayer estuvo encabezada por la esposa del dirigente, Lilian Tintori, quien afirmó que “Venezuela no está sola”.
López se entregó a las autoridades venezolanas en el 2014, una semana después de que se realizó una marcha a la que convocó para protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro con un discurso que, según la parte acusadora, incitó a la violencia que al fin de la manifestación dejaría tres muertos.
EFE
Washington