Llega un punto en la vida de todo niño que sueña con ser futbolista en que los papás hacen la pregunta que define el futuro para siempre: ¿el estudio o el fútbol? Pareciera que pensar en armonizar el éxito deportivo con una carrera universitaria fuera una utopía. “¿Se lesiona y de qué va a vivir?”, “El estudio es lo único que yo le puedo dejar”, repiten en el hogar.
Sin embargo, Jhon Duque, el volante que llegó este año a Millonarios, sí ha logrado compaginar las dos actividades El bogotano es estudiante de la Universidad de los Andes, cursa octavo semestre de ingeniería industrial, y hoy, a punta de fútbol, trabaja para consolidarse como titular en una de las mejores nóminas del país.
El camino no fue fácil, pero el sueño de jugar fútbol comenzó desde niño. “Mi papá me llevaba a jugar siempre. Pasé por escuelas como Manolín Pacheco, Santa Fe y luego llegué a Academia Compensar, que era mejor equipo; ahí jugué cinco años y conocí a (Óscar) Barreto (también jugador de Millonarios)”.
Cuando llegó la hora de saltar al fútbol profesional aparecieron los problemas. A los 17 años, formando en el equipo sub-20 de Fortaleza, Duque priorizó el estudio pero sin renunciar a la pelota. “De los 17 a los 20 años dejé el alto rendimiento por estar en la universidad. Durante esa época pude avanzar más en mi carrera de ingeniería”.
Duque estuvo lejos del fútbol de primer nivel por un tiempo, pero nunca lejos de las canchas. En la universidad seguía mostrando sus dotes de calidad futbolística. “En la selección de la U todo era más fácil con él, era darle la pelota y podía sacarse medio equipo contrario y hacer el gol, jugaba mucho”, afirma Luis Castañeda, estudiante de Los Andes y aficionado al fútbol.
Entre las fotocopias de estudio para los parciales y las clases tácticas en Fortaleza se la pasaba Duque. Correr de los entrenamientos a la universidad era el pan de cada día. “En un par de ocasiones le di permiso para que saliera más temprano, porque tenía clases. Lo bueno es que se trata de un muchacho muy receptivo, y no era difícil darle las clases tácticas en el tablero”, cuenta Nilton Bernal, DT de Fortaleza y artífice de su ascenso en el 2015.
Las buenas actuaciones de Duque empezaron a llamar la atención de Millonarios desde el año pasado. Bernal asegura que lo buscaron varias veces, “pero temían que no rindiera en un equipo grande. Me alegra que le esté yendo así de bien y seguramente será titular”, sostiene el DT.
Disciplina, la mejor virtud que dice tener Jhon, es la mejor aliada para que no sea un imposible jugar fútbol y estudiar al mismo tiempo. “El apoyo de mis padres y toda mi familia ha sido fundamental para lograr esto, y hoy todos están orgullosos de que juegue en Millonarios”.
En los últimos partidos, Duque se ha convertido en un excelente refuerzo para el medio campo embajador, que visita este domingo a Rionegro Águilas (3 p. m., RCN) por la cuarta fecha de la Liga. Incluso marcó el gol en la segunda fase de la Copa Libertadores contra Atlético Paranaense que forzó la definición de la serie por penaltis y en la que el azul fue eliminado del torneo continental.
El orientador Miguel Ángel Russo empieza a edificar el medio campo de Millonarios de la mano de un estudiante de ingeniería industrial, un volante que pelea, mete y corre con cada balón, un jugador de 24 años que cuando le preguntan “el estudio o el fútbol”, puede decir: “Las dos”.
CAMILO MANRIQUE V.
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @camilomanriquev