Acceder al mercado de acciones, hoy es fácil en el país. Todo el que tenga un capital y desee invertir en una empresa, colombiana o extranjera, puede adquirir acciones con solo una llamada a su asesor comercial o contratar los servicios de una plataforma electrónica de negociación.
Y si bien es cierto que hay momentos en que los precios de las acciones en el mercado no responden a las circunstancias propias de la compañía debido a factores como la especulación, los flujos de inversión o simplemente la divergencia en las expectativas de los agentes, invertir en ellas no es lo mismo que apostar en el casino.
Por eso, los expertos dicen que la inversión en los también llamados activos de renta variable debería entenderse como una ‘jugada’ informada, donde el inversionista debe analizar desde el principio las proyecciones sobre los aspectos fundamentales de la empresa, y definir su expectativa en términos del retorno (cuándo recuperar su inversión) y el riesgo que está dispuesto a afrontar.
Así las cosas, es importante que los futuros inversionistas tengan total claridad sobre lo que es y lo que no es una acción.
Según César Cuervo, analista jefe de renta variable de Credicorp Capital, una acción es un título que representa una fracción del patrimonio de una compañía, lo que implica que al comprar acciones, el inversionista se convierte en dueño de un porcentaje de esa firma.
Se debe tener en cuenta que las ganancias percibidas por los accionistas serán proporcionales a la fracción que les corresponde de la utilidad neta generada por la compañía, la que puede ser distribuida en forma de dividendos o ser retenida para financiar futuras oportunidades de crecimiento o fortalecer la estructura de capital.
Para una inversión en acciones a través del mercado de capitales, la rentabilidad total es el resultado de sumar los dividendos distribuidos y la ganancia de capital, que depende de la variación en el precio de las acciones en el mercado.
Aunque estos papeles se caracterizan por ser inversiones de un mayor riesgo que otros instrumentos, suelen destacarse entre las que tienen mejor retorno en el largo plazo.
Con base en lo anterior, si el inversionista desea comprar acciones a largo plazo, lo primero que debe pensar es en la empresa en la que está invirtiendo. Analizar el sector donde opera, su estrategia, su equipo gerencial, su plan de inversiones y las necesidades de capital.
Dicho esto, no es suficiente con que la compañía en la que se va a invertir tenga bases sólidas; hay que mirar que sea lo suficientemente líquida y que se encuentre negociando en el mercado.
Además, examinar el estado de la compañía, si es una empresa sana y financieramente sólida, y preguntarse si el negocio tiene sentido y si la empresa ofrece la posibilidad de crecer y/o generar valor para los accionistas.
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