A la violencia en el hogar, en el conflicto armado, en las calles y hasta en las instituciones a donde van a denunciar o a pedir ayuda es a lo que se enfrentan a diario muchas mujeres en Colombia.
Y aunque ya hay más conciencia sobre la necesidad de denunciar, muchas todavía prefieren callar, por miedo, por vergüenza e incluso por temor a la estigmatización de la sociedad y de la familia.
En entrevista con EL TIEMPO, Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, hace un balance sobre los principales desafíos frente a este flagelo con niñas y mujeres y presenta las campañas de su despacho.
¿Qué diagnóstico hace hoy sobre la violencia contra la mujer en Colombia?
Es muy preocupante. Colombia está en deuda con todas sus mujeres. Hay muchas violencias contra las mujeres, de todas las edades. Por ejemplo, el 82 por ciento de las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres.
¿Y en el hogar cuáles son los tipos de violencia?
Psicológica, emocional, física y sexual son las más fuertes, y el gran perpetrador es el hombre. También, la violencia económica y la patrimonial, porque también se amenaza a la mujer con quitarle el sustento, de ella y de los hijos.
¿Qué tanto denuncian las mujeres?
Ha aumentado la denuncia, eso es algo que tratamos de estimular. Pero las mujeres callan por miedo, por vergüenza, por miedo a que las estigmaticen la sociedad y la familia. Normalmente, las mujeres denuncian después de mucho tiempo de ser víctimas.
Si los hombres son los mayores perpetradores, ¿qué hacer con ellos?
Cuando crecemos en un entorno violento, donde hay tantas agresiones y vulneraciones de los derechos humanos de los integrantes de una familia, lo que hacemos es perpetuar esa violencia, porque después llega el niño al jardín y llegan las quejas del niño, pues repite allá lo que ha visto en la casa. El alcohol tiene mucho que ver, el machismo.
Entonces, hay que trabajar con los niños...
Claro, pues son realidades que les transmitimos a los niños: que la violencia es la forma de resolver los conflictos. Hay que trabajar el respeto en la casa y en la escuela, en nuevas masculinidades, promoviendo el respeto a los derechos de las mujeres.
Usted también ha hablado de violencia institucional. ¿De qué se trata?
Es lo que pasa cuando una mujer se acerca a pedir orientación o a denunciar, o a pedir alguna medida de protección a un funcionario público y necesita atención rápida. Pero ese funcionario pone en duda lo que está diciendo y la revictimiza, la hacen sentir culpable. Ahora, no podemos generalizar y decir que todos los servidores públicos son así. Por eso tenemos una campaña con todos los funcionarios públicos.
¿Cuál es su postura frente al endurecimiento de penas para violadores de niños?
Total, siempre lo he acompañado. Incluso, desde antes de llegar a la Consejería hice parte del comité promotor del referendo para la cadena perpetua. Creo que la merece quien le haga daño a un niño, a una niña, a un adolescente, pero especialmente a las mujeres, que son las más violentadas. Hay que hacer justicia, acompañar a las víctimas y a su entorno.
Tres campañas contra violencia de género
Línea 155. Orientación gratuita para mujeres víctimas de todo tipo de violencias. Recibe llamadas en casos de violencia intrafamiliar, tanto física como psicológica; violencia en espacios públicos, derechos de las mujeres, inasistencia alimentaria, hechos de emergencia, delitos sexuales
y acoso laboral.
Violentómetro. Es un material gráfico ydidáctico que permite medir y visualizar las diferentes manifestaciones de violencia contra las mujeres, ocultas en la vida cotidiana y que muchas veces se confunden o desconocen. Se establece una escala de violencia.
Me Comprometo. Es una estrategia conjunta con el Departamento Administrativo de la Función Pública en la que se promueve un pacto para impulsar acciones que transformen hábitos, actitudes y prácticas que legitiman y perpetúan las agresiones, daños y violencias en espacios institucionales.
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EL TIEMPO