Señor Director:
Lo sabemos, pero monseñor Santana, arzobispo de Maracaibo (Venezuela), lo narró, en un acto organizado por la Cátedra de América Latina de la Universidad de Comillas, en Madrid, con palabras emocionadas. Explicó que el Vaticano ha sido facilitador pero no mediador, que el proceso no ha sido siempre bien interpretado y que hay que seguir avanzando por el camino del diálogo. Y hay que destacar una de las notas más sentidas de su intervención: la discrepancia está instalada en el seno del pueblo venezolano. Hasta tal punto, indicó, que si no se camina hacia el encuentro cívico, el riesgo de sangre es real. Ahora mismo en Venezuela, incluso el pobre se aprovecha del pobre, y las distintas tendencias que luchan social y políticamente andan a la greña. Queda la Iglesia. Y, entre otras muchas cosas, para facilitar el encuentro entre venezolanos. La unidad no puede seguir siendo un espejismo.
Valentín Abelenda Carrillo
Girona (España)
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Señor Director:
La situación de Venezuela nos duele a los colombianos, que ya vemos a muchos de estos hermanos por aquí buscando trabajo. Muchos de ellos se están viniendo, no como dice Maduro, que somos los colombianos los que vamos para allá. Ese es un chiste flojo. En Colombia hay desempleo, pero debemos ser generosos con ellos, ofrecerles una mano oportuna. Es un pueblo trabajador, de la patria de nuestro Libertador, pero víctima de las ambiciones partidistas, de los odios políticos... Y eso debemos tenerlo en cuenta. Vamos a ver cómo reacciona Maduro ante la inclusión del vicepresidente en la Lista Clinton. Lo triste de todo esto es la situación de la gente, dividida y pasando necesidades.
Ángel María Aguilar
Una alianza contra la delincuencia
Señor Director:
La alianzas entre Policía y Alcaldía se fortalecen en las ciudades capitales y constituyen ejemplo para seguir por el resto de alcaldes. Es importante advertir a los “medios de comunicación del riesgo que para la seguridad implica divulgar noticias de manera sensacionalista y sin ninguna contextualización”, como lo destaca el editorial del domingo pasado.
En el caso de Bogotá, el general Nieto ha designado más personal, vehículos, cámaras, helicópteros a lugares con mayor índice delictivo, con prevención y operaciones masivas. Pero al aumentar la policía sin hacer efectiva la aplicación de la justicia, el famoso policía de la esquina se desmoraliza cuando ve pasar al delincuente que acaba de capturar y es reincidente.
Destaco de este editorial el mensaje de “que se recupere el sentido de pertenencia del ciudadano al barrio, al entorno”; de esta manera se construye la conciencia social frente a la intolerancia.
El Código de Policía es elemento disuasivo que reconstruye lazos entre una policía que genera confianza y un ciudadano como parte de la solución. Así se logrará más conjunción social.
General (r) Luis Montenegro R.
Excomandante de la Policía de Bogotá
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