Entrenar en maratónicas jornadas diarias, en algunas ocasiones con “amigos imaginarios” que lo acompañan en bicicleta o trotan a su lado para poder mantener el ritmo y no parar, o ponerles nombres a las baldosas de la piscina para lograr la concentración y no perder la orientación y el braceo durante muchas horas en un ejercicio que se convierte en un péndulo.
Puede sonar loco, pero así ha sido la manera de entrenar del manizaleño Mauricio Salazar, un empresario de 36 años que después de sacar a flote su empresa, especializada en la tecnología y el soporte educativo, decidió hacer una parada en ese mundo de los negocios y dedicarse de lleno a una pasión que tenía dormida en su interior.
Lo normal es que un joven con talento se inicie en el deporte a temprana edad y logre el progreso para llegar a ser un deportista de élite y después, tras un ciclo cumplido, incursione en actividades educativas o laborales. Mauricio ha hecho lo contrario. Primero fue empresario y cuando vio que era el momento de dar un viraje a su vida, incursionó en el deporte aficionado, sin pretender ser un profesional, aunque a eso le apunta.
Pero no fue a cualquier deporte. Su visión fue directamente al triatlón, una disciplina que exige máximo rendimiento y una enorme voluntad para poder finalizar las pruebas, diseñadas para hombres de acero.
Paso a paso
Y sus cuentas le están dando. A su edad, madura para un atleta, cumplirá uno de los principales sueños de juventud: participar en una de las Ultraman del ciclo mundial. El manizaleño será uno de los 35 atletas –cupo limitado por los organizadores– de la modalidad del triatlón a nivel global que participará del 17 al 19 de febrero en el Ultraman Florida 2017, en Estados Unidos; prueba considerada una de las competencias de resistencia más exigentes del mundo.
Su objetivo es convertirse en el segundo colombiano de la historia deportiva en terminar una carrera Ultraman, con la diferencia de que el primero de ellos, Edwin Vargas, fue un atleta profesional con cerca de 20 años de trayectoria.
“Los sueños existen y están para hacerlos realidad, no para imaginarlos por siempre... En eso creemos. Que el mundo tenga más astronautas, bateristas, deportistas, o lo que sea, es nuestro propósito; inspirarnos los unos a otros para que podamos renacer y nos convirtamos en lo que siempre soñamos ser; esa es la filosofía que estamos fomentando en el deporte”, indica Salazar, que apenas hace dos años dio sus primeros pasos en el triatlón.
El tema de este emprendedor se soporta en sacar adelante el proyecto #RebornToday, que busca, con historias de personas comunes, inspirar a los demás a que renazcan y luchen por conseguir sus sueños, sin importar cuánto tiempo estuvo guardado en sus cabezas y corazones.
“No importa qué tan loco sea su sueño o cuál sea su punto de partida, lo que quiero es convertirme en un referente para demostrar que nunca es tarde para conseguirlo”, explica.
En su corta vida deportiva ya ha participado en competencias como el Ironman 140,6 de Cozumel (México-2015-16), el Ironman 73,1 de Calima (Valle del Cauca-2015-16), el Campeonato Nacional de Aguas Abiertas, en Cartagena 2016 y las maratones de Chicago 1014 y Medellín 2016. Aún no ha ganado, pero ha estado bordeando el podio y todas las ha finalizado. Este guerrero ocupa el sexto lugar en el escalafón nacional del Ironman (35-39 años).
Lo que le espera
El Ultraman es un tipo de carrera de triatlón de ultradistancia que se corre durante tres días con un total de 515 kilómetros.
La prueba en la que participará se disputará en el centro del estado de La Florida. El primer día correrá 10 km de natación en aguas abiertas. Como si fuera poco, se rematará con 140 km de ciclismo.
Al día siguiente habrá una extensa jornada de 280 kilómetros de ciclismo, para finalizar la prueba con una doble maratón de 84,4 kilómetros. Cada día tiene un corte de 12 horas. El atleta que no logre completar las distancias propuestas de la etapa en ese lapso quedará descalificado.
“Tengo la meta de hacer unas 10 horas por día para acumular 30. El ganador de la competencia debe estar entre las 23 y las 26 horas, me sacarán buen tiempo pero esto es una competencia de largo aliento, de correr con inteligencia y acumular dolor, azote y sufrimiento; de eso se trata, de terminar y cumplir el sueño que ha estado guardado. No será fácil, pero seguro es posible”, concluye Salazar, el empresario deportista.
JAVIER ARANA
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @arana_javier