¿En qué consiste el amor? ¿Cómo funciona y nos afecta este sentimiento, a menudo contradictorio, intenso e imprevisible? Cuando la pasión y el romanticismo llegan a los laboratorios y son analizados con microscopios, experimentos y encuestas, se logran descubrimientos sorprendentes.
Precisamente, las últimas investigaciones científicas ayudan a responder a estas preguntas, develando aspectos curiosos sobre las relaciones amorosas y el enamoramiento que surgen entre las personas.
Por ejemplo, dos investigadores de la Universidad de Granada (España) desarrollaron un método basado en la termografía y afirman que sus resultados demuestran que el amor sube la temperatura en las mejillas, las manos, la zona de la boca, el pecho y los genitales, entre 1 y 2 grados centígrados.
Otros científicos de la Universidad de Oslo (Noruega) comprobaron que el contenido de oxitocina, también conocida como la ‘hormona del amor’ u ‘hormona de los abrazos’, en el plasma y el suero sanguíneos es cien veces más elevado de lo que se suponía hasta ahora.
Evidencia científica reciente también ha permitido conocer que aunque el ímpetu inicial del enamoramiento se reduce con el paso de los meses, el amor y el romance tienen efectos duraderos y positivos en el desarrollo de la personalidad de los adultos jóvenes, según un estudio de las universidades alemanas de Jena y de Kassel.
Estas tres investigaciones arrojan algunos de los hallazgos más curiosos, días antes de la festividad de San Valentín.
1. Sube la temperatura
Los investigadores Emilio Gómez y Francisco Tornay, de la Universidad de Granada (UGR), desarrollaron un método que permite determinar si una persona está enamorada por medio de los cambios de temperatura al contemplar la imagen del ser amado.
Aunque los autores advierten que “el patrón térmico del amor es muy complejo”, sostienen que sus resultados demuestran que el amor sube la temperatura en las mejillas, las manos, la zona de la boca, el pecho y los genitales, entre uno y dos grados centígrados.
En los experimentos demostraron, incluso, cómo a ciertas personas les cambiaba la temperatura en determinadas partes del cuerpo, de acuerdo con el tipo de compromiso con sus parejas.
Según el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, este es el primer ‘mapa térmico del amor’ que se realiza en el mundo.
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2. Más empatía
Científicos de la Universidad de Oslo, en Noruega, comprobaron que el contenido de oxitocina, también conocida como la ‘hormona del amor’, en el plasma y en el suero sanguíneos es cien veces más elevada de lo que se suponía hasta ahora.
Los métodos para medir la oxitocina en la sangre y averiguar su papel exacto en las conexiones emocionales humanas y aprovecharlo para crear fármacos eran imprecisos, pero con este nuevo método de medición, que rompe el vínculo entre las proteínas y la hormona, este problema se ha resuelto, según la neurocientífica Siri Leknes, de Oslo, impulsora de este trabajo.
La oxitocina, producida en el hipotálamo, ayuda a crear la conexión emocional entre madre e hijo, en las mujeres que dan a luz, y se cree que aumenta la empatía y atención hacia las señales sociales de los demás.
3. Mejora el ánimo
El amor y el romance tienen efectos duraderos y positivos en el desarrollo de la personalidad de los adultos jóvenes, de acuerdo con psicólogos de las universidades alemanas de Jena y de Kassel.
“Las personas con perfil neurótico, una condición frecuente que se caracteriza por sentirse ansioso, inseguro, fácilmente molesto, con baja autoestima, tendencia a la depresión e insatisfacción con la propia vida, se vuelven más estables cuando viven una relación amorosa y su personalidad se estabiliza”, según la doctora Christine Finn, de la Universidad de Jena.
“Las experiencias y emociones positivas adquiridas por quienes tienen una pareja cambian su personalidad de manera indirecta, y el amor que viven les ayuda a enfrentar la vida con más confianza, en lugar de ver en forma pesimista las cosas que están por llegar”, añade Finn, autora principal del estudio.
ROCÍO GAIA
EFE- REPORTAJES