Leymah Gbowee no solo logró reunir a cristianas y musulmanas de Liberia, su país, para forzar el fin de una guerra civil de más de diez años, razón por la que recibió el Nobel de Paz en el 2003, sino que es una férrea defensora de la manifestación social. Habló con EL TIEMPO sobre cómo la mujer es un importante actor para la reconciliación.
¿Cuál es la herramienta que tienen las mujeres para alcanzar la paz?
La primera es enseñarles a participar. El problema es que uno de los grupos más excluidos en el mundo somos nosotras. Si queremos evitar la guerra, debemos promover la participación e inclusión de las mujeres en cada paso que se dé en la solución del conflicto.
La segunda es la educación. No solo la educación formal sino informal. Por ejemplo, muchas personas creen que las mujeres que están en la granja deben dejarla para ir al colegio. Pero no es necesario, es la vida que estas mujeres conocen. En cambio, si les enseñas algo que las empodere para hacer de su granja algo más eficiente, esto las hace más independientes.
Por otro lado, hay que crear condiciones para que las mujeres asistan seguras a los colegios. Porque en muchas instituciones de Liberia, por ejemplo, los profesores abusan de ellas.
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¿Qué logra una sociedad cuando empodera a una mujer?
Logra que las mujeres empecemos a actuar a través de las protestas, de la negociación y la diplomacia. Eso significa lanzarse a las zonas de conflicto y hablar con las partes, para comprender las verdaderas razones detrás de la guerra.
Estas acciones toman tiempo, y en Colombia siempre se piden resultados ya…
Mi consejo para los colombianos es que se tomen su tiempo para la implementación de los acuerdos. Ahora, si se trata de resultados, en el caso de Colombia, el hecho de que el presidente Santos haya ganado el Nobel de Paz es una manera de exigir que lo que esté en los acuerdos se cumpla.
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Un mensaje para los colombianos en este momento próximo a la paz.
A los hombres y mujeres de este país, la paz es un proceso, no un evento. Tienen que trabajar por ella, comprometerse con ella. La violencia no soluciona ningún problema. Si ustedes piensan que la lucha por la paz es complicada, los animo a continuar, porque este bien por el que trabajan siempre se sobrepondrá sobre las malas situaciones.
PABLO ARCINIEGAS
Redacción EL TIEMPO ZONA