La declaratoria final de la 16.° Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz fue un sentido respaldo a los esfuerzos que ha hecho Colombia por acabar su conflicto armado, así como un llamado al mundo para unirse en torno a la democracia, la igualdad de oportunidades y la protección del planeta, incluida la eliminación final de las armas nucleares.
“Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que, así como rodeó el proceso de paz de Colombia, acompañe y respalde ahora su implementación”, convocaron los 27 galardonados (entre personalidades y organizaciones) que desde el jueves hasta el sábado pasados se dieron cita en Bogotá.
Al término del evento, Bogotá fue nombrada por los mismos como Capital Mundial de Paz, honor que mantendrá hasta el 2018, cuando se realice la próxima cumbre.
Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, fue acogido por sus colegas de galardón, y este a su vez estuvo encargado de entregar los premios a las mejores iniciativas comunitarias, juveniles y mundiales en favor de la paz.
“Qué honor para ustedes y para mí hacer parte de esa familia Nobel que incluye a personas que son paradigmas de valor, de compasión y de trabajo por la humanidad, como la Madre Teresa de Calcuta, Martin Luther King o Nelson Mandela. Qué honor para mí y para los colombianos poder estar hoy con ustedes y aprender de su coraje y su compromiso con la paz del mundo. Lo que parecía imposible, acabar un conflicto de 52 años, lo hicimos posible”, expresó Santos en su discurso.
José Ramos Horta, de Timor Oriental y nobel de 1996, señaló: “Sé que es difícil perdonar a quienes mataron, violaron y causaron tanto dolor, pero no hay otra manera de llegar a la paz, tras los acuerdos conseguidos. Que no nos consuma la ira, y a quienes no están de acuerdo con los acuerdos, les pido un tiempo de gracia para que vean cómo se implementarán”.
Premiados
Dos colombianos se alzaron con el premio de la Fundación Turner, que se entregó dentro del programa ‘Liderando con el ejemplo’, y que otorgará 10.000 dólares para implementar proyectos pacificadores. Andrea Sanabria y su iniciativa BiciPAZeando fue uno de ellos. Este se adelantará en zonas deprimidas de Bogotá, donde se harán ciclopaseos y se prestarán bicicletas para ayudar a construir tejido social.
El segundo fue para Ángela Serrano, una joven que quiere mejorar las dotaciones escolares de los niños pertenecientes a la población de Barú (Cartagena). Otros dos proyectos de jóvenes del mundo también recibieron el beneficio.
En cuanto al activismo social, Leyner Palacios, de Bojayá (Chocó), población que vivió los estragos del conflicto con cientos de víctimas, fue reconocido por su trabajo por la reconstrucción y la inclusión de la población en procesos culturales y de mejoramiento de la calidad de vida.
Del exterior obtuvieron reconocimientos Richard Branson, propietario del Grupo Virgin, quien le ha apostado a la paz global a través de la educación y la inversión en tecnología y capacitación para zonas recónditas del planeta.
La medalla al activismo social se la llevó Kerry Kennedy (sobrina de John F. Kennedy, quien fuera presidente de Estados Unidos), gracias al Centro para la Justicia y los Derechos Humanos Robert Kennedy, que también tiene presencia global.
Clausura
Con las presentaciones de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Andrés López y su conocida escopetarra (un fusil convertido en guitarra eléctrica), Marta Gómez y otros artistas le dieron adiós a este evento, que contó con el cubrimiento de casi 200 periodistas llegados de diferentes países.
Antes de todos estos actos protocolarios y culturales, hubo tiempo para un último panel de discusión, en el que la juventud se tomó la palabra y aplaudió las acciones de referentes como Tawakkul Karman (Yemen, nobel del 2013) el activista Joël Bouzou, un exatleta francés y campeón del mundo de pentatlón moderno, quien en el 20017 creó la fundación Peace and Sport, con el propósito de hacer del deporte un medio de diálogo y reconciliación. Aplausos y vítores solo escucharon al final de la jornada.
BOGOTÁ