Señor Director:
No soy abogado, mas, por mi experiencia, encuentro que se dejan muchas puertas abiertas para que los corruptos en contratación y otros trámites puedan seguir delinquiendo. Veamos: ¿contempla el proyecto que endurece el castigo para los corruptos sancionar inclusive a los parientes de los involucrados en los delitos? Es común que los bienes y coimas pasen a nombre de la mujer y/o parientes cercanos; lo mismo que a testaferros que seguirían trabajando de mala fe sin ser sancionados. Así que si se van a buscar castigos, deberían ser efectivos. No dejar puertas de escape que mañana sean aprovechadas por los malandrines que existen en este país y en el mundo, pues las últimas noticias dan cuenta de que, por ejemplo, en España han descubierto alumnos o alimañas de esta índole.
Gabriel Vanegas Cantor
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Señor Director:
Ante los aberrantes casos de corrupción reinantes en el país, el Gobierno Nacional radicó un proyecto ante el Congreso de la República para poner cerco y eliminar los beneficios que actualmente tienen los que delinquen. Para una mayor ilustración al común de la gente, convendría que los debates sean transmitidos en vivo y en directo por los canales privados de televisión y por la radio, y que se conozca el voto de cada parlamentario. ¿Cuántas veces se han hundido en el Senado y la Cámara propuestas similares?
Francisco Javier Cajiao Gaitán
Anécdota del viejo código
Señor Director:
El nuevo Código de Policía se ha nacionalizado. Hace años, los departamentos tenían la facultad legal de redactar los suyos para proteger la convivencia social en las regiones, tarifar las sanciones e incluir iniciativas muy curiosas. En el de Boyacá, por ejemplo, se autorizaba a los alcaldes gastar del presupuesto municipal la escandalosa suma de dos pesos oro, para comprar escopetas y eliminar los zorros que se comían las gallinas en los campos. Lo cómico de este asunto ocurrió en la Asamblea Departamental, cuando los diputados, de pie, la aprobaron. Y al que se quedó sentado indiferente y lejano “le ordenaron ponerse en cuatro patas y salir del recinto”. Era mayo de 1921.
Miguel Roberto Forero García
¿Cómo dejamos el carro?
Señor Director:
Se quiere desestimular el carro particular, pero mientras TransMilenio sea insuficiente y tenga tantos problemas, como que lo bloquee cualquier protesta a cualquier hora, además de la inseguridad; y el SITP sea inseguro y con los viejos problemas del anterior, además de que las ciclorrutas están inconclusas y en mal estado, no hay cómo.
Y mientras tanto, la piratería sigue campante con montones de micros viejos, vendedores en carros particulares que ponen negocios en cualquier calle... Y el metro, en veremos. Entonces, ¿cómo dejamos el carro?
Ángel María Aguilar
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