A la gran expansión que en los últimos años se ha visto en el negocio de los gimnasios, con inversiones representativas de la mano de fondos de inversión, ahora, de forma similar a lo que ocurre con las aerolíneas, comienzan a sumarse iniciativas de establecimientos de bajo costo para los usuarios, producto de la masificación de la actividad física y del cuidado de la salud.
Empresarios del sector señalan que, a raíz de ello, de manera alternativa deben surgir los formatos de bajo costo, que son gimnasios más pequeños en área, con servicios básicos y menos personal, pero sin el valor agregado que tienen los grandes, como el acompañamiento básico de un entrenador, nutricionista o médico y máquinas de última generación.
Por ejemplo, en Body Flex, un gimnasio localizado en el barrio San Cristóbal Norte, en Bogotá, se permite que entrenen tres personas y paguen solo dos.
Pedro Pablo Sandoval, administrador de esta empresa, señala que “una estrategia de los gimnasios de barrio es poder llenar los espacios que dejan los grandes, tratando a los usuarios de manera más personalizada y como miembros de la familia”.
De acuerdo con Nicolás Peña, uno de los entrenadores de esta firma, los clientes más asiduos del gimnasio de barrio y aun los de formato grande son estudiantes universitarios y mujeres entre los 40 y 50 años de edad.
Sin embargo, agrega que la deserción es una de las mayores dificultades del negocio.
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En el norte de la capital colombiana, también se encuentra Hard People, un gimnasio que ofrece desde un día de entrenamiento hasta una anualidad por persona o por combo, lo cual le permite al usuario reducir el costo hasta en un 40 por ciento.
Incluso los gigantes del negocio ya están mirando la forma de no dejar pasar esta modalidad
Nicolás Loaiza, presidente de Bodytech, empresa que lidera el mercado, revela que la compañía que representa lo haría en el 2018, pero bajo el paraguas de otra marca y de la mano de un socio.
Por ahora, esa cadena tiene en trámite ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) un aval para comprar los activos de la compañía Nordic Fitness S. A. S., que consisten en unas instalaciones deportivas en el centro comercial Santa Ana (Bogotá), controladas por el inversionista de nacionalidad danesa Laurids Resflund y el fondo danés IFU.
La marca entró al país en el 2015 y anunció como meta llegar al 2018 con 20 gimnasios en el formato de 1.000 metros cuadrados.
Los grandes
Y mientras esto sucede en los pequeños gimnasios de barrio, la registradora de las grandes marcas suena fuerte, aunque los dueños también deben ‘sudarla’ para conseguir afiliados, al asumir fuertes inversiones.
Por ejemplo, Bodytech reportó en el 2016 ingresos operacionales por 320.000 millones de pesos, y Spinning Center Gym, ventas por 20.000 millones de pesos.
Aunque buena parte del crecimiento de la facturación de estas firmas se debió a la apertura de más locales en distintas ciudades, y si bien existe una diferencia importante de números entre los dos, el aumento de hábitos saludables como el ejercicio hacen que cada vez más colombianos tengan una cita diaria en dichos lugares.
“La disciplina es importante porque si uno paga todo el mes y no va sino dos o tres veces, la ganancia para el dueño del gimnasio es mayor”, dice un usuario.
Según la International Health, Racquet & Sportsclub Association (Ihrsa, por su sigla en inglés), la entidad que los reúne a nivel global, en Colombia operan unos 1.500 gimnasios, de los 160.000 que existen en todo el mundo.
El crecimiento del sector, en el planeta, está en niveles del 25 por ciento anual, incluyendo los spa y los centros de estética, por lo que Colombia va en esa ruta si se miran las cifras de crecimiento de los ingresos de Bodytech y Spinning Center Gym.
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Bodytech invirtió 30.000 millones de pesos en el 2016, pero este año subió la apuesta a 43.000 millones de pesos, pues proyecta abrir las puertas de 11 locales más y remodelar 33.
César Casallas, presidente de Spinning Center, reconoce que Bodytech cambió el negocio en el país y que los competidores locales quieren emular su estilo.
Tanto así que hace pocos años, la marca dejó de ser un centro de ‘spinning’ para convertirse en un gimnasio con todos los juguetes.
Hoy tiene 14 sedes y aunque su objetivo es ser un buen segundo, tiene previsto este año abrir seis puntos más, con una inversión de 12.000 millones de pesos, previendo no solo subir el número de afiliaciones, que está en 18.000, sino pasar la facturación anual de 20.000 millones de pesos a 27.000 millones.
Esta firma espera que a finales de año o iniciando el 2018, ingrese un fondo de capital con una participación minoritaria que permita acelerar su crecimiento. El tiquete promedio de este gimnasio está en un millón de pesos anuales, pero también hay planes de 700.000 pesos.
Algo similar ocurre en Bodytech, donde los precios oscilan desde 600.000 pesos hasta 2’280.000.
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