“Está demostrado que los niños que viven con un perro, e incluso con dos, son menos propensos a adquirir enfermedades respiratorias alrededor de los seis años de edad. Contrario a la creencia popular de que son los causantes de las alergias en los niños”, explica Jairo Aristizábal, coordinador del programa de intervenciones asistidas con animales de Fundación Las Golondrinas. Pero no solo desde el punto de vista físico existen beneficios.
Tener perro en casa, o cualquier mascota, fortalece el aspecto afectivo en los niños y les permite reconocer en otros un ser que siente y que tiene emociones, lo que hace que en la edad adulta sean mucho más respetuosos con su entorno.
La médica veterinaria etóloga Carolina Alaguna señala que “los perros te enseñan a disfrutar la vida con sencillez, a sorprenderte con las cosas pequeñas, a disfrutar y a agradecer cada plato de comida, a alegrarse y sorprenderse por todo, a valorar la familia. Son verdaderos maestros”.
Y hace especial énfasis en la relación que se crea cuando el perro es adoptado. “Un perro criollo les enseña a los niños a no discriminar, a amar sin condiciones, a que la vida no se compra: todos valores de compasión y humanidad”.
Acariciar a un animal de compañía trae beneficios a la salud tales como bajar los niveles de estrés y ansiedad en cuanto se liberan las llamadas “hormonas de la felicidad”, como endorfinas, además de regular el cortisol.
También un perro ayuda a que su amo se mueva más, ya que está obligado a sacarlo al parque y a ejercitarse. Esto aumenta su expectativa de vida y previene problemas cardiacos.
“Los perros son ‘dispensadores de amor’ que hacen liberar oxitocina, lo que genera vínculos y hace que la persona tenga sentimientos positivos y sea más feliz. Un perro en casa permite socializar más, su compañía es ideal en especial para personas solitarias, o en condición de discapacidad”, añade la etóloga.
¿Es cuestión de raza?
El golden retriever y el labrador son razas que han sido asociadas a una compañía más pacífica y tranquila y para las intervenciones terapéuticas son las más utilizadas por su habilidad de traer o alcanzar objetos. Sin embargo, no son las únicas razas.
“Todos los perros son potencialmente amorosos, pero necesitamos educar a los humanos para criarlos. Los perros son el reflejo de sus familias o acudientes, de la disciplina y educación que recibieron”, asegura la médica veterinaria etóloga Carolina Alaguna.
No existen razas buenas o malas. Cada uno de los perros tiene un gran potencial de convertirse en la mejor compañía para el hombre.
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