La nueva subdirectora de la CIA, Gina Haspel, llega a ese cargo luego de una extensa carrera como agente encubierta en diversos países. (Lea también: Donald Trump aboga por la tortura y por restringir inmigración)
En 2013 Haspel fue designada para conducir el Servio Nacional Clandestino, dentro de la CIA, aunque fue removida de ese cargo pocas semanas después cuando se descubrió que autorizaba el uso de tormento físico a detenidos.
De acuerdo a reportes divulgados por el diario Washington Post, en la ofensiva estadounidense posterior a los atentados del 2001 en Nueva York y Washington, Haspel quedó a cargo de una prisión secreta en Tailandia.
En ese centro secreto de detención "por lo menos dos detenidos fueron sometidos a 'submarino' y otras técnicas de interrogatorio" que el propio Congreso estadounidense consideró equivalentes a torturas.
El diario afirmó que Haspel también participó activamente en la destrucción de cintas de video de esos interrogatorios realizados en Tailandia.
Abogados que representaban detenidos acusados de pertenecer a la red Al Qaeda solicitaron en tribunales tener acceso a esos videos, como evidencia de la práctica de aquello que Estados Unidos llamaba "técnicas mejoradas de interrogatorio".
Un nombramiento que preocupa
En la nota oficial sobre el nombramiento, Pompeo expresó este jueves que Haspel es "una oficial ejemplar de inteligencia y una patriota con más de 30 años de experiencia en la agencia".
El nombramiento de Haspel para ocupar el segundo cargo más alto de la CIA hace renacer las preocupaciones sobre la posibilidad de que la inteligencia estadounidense vuelva a utilizar centros secretos de detención o "técnicas mejoradas de interrogatorio".
El nuevo presidente, Donald Trump, dijo hace una semana estar absolutamente convencido de que "la tortura funciona", una afirmación que contraría la decisión del anterior mandatario, Barack Obama, de prohibir el uso de tormentos en el interrogatorio de detenidos.
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Trump dijo, sin embargo, que quien tendrá la decisión sobre el retorno del uso de la tortura en los interrogatorios será el secretario de Defensa, James Mattis, quien a su vez manifestó ante el Senado oponerse al uso de esas técnicas.
Washington (AFP).