La contaminación causada por el tráfico disminuye la capacidad de atención de los niños a corto plazo, según un estudio del Instituto de Salud Global, con 2.700 menores de Barcelona (España), publicada en la revista Epidemiology y que muestra que los niveles diarios de dióxido de nitrógeno (NO2) y carbono elemental, contaminantes asociados al tráfico, producen cambios en la función de la atención.
El punto de partida fue un trabajo anterior que estableció una asociación entre la exposición de los niños a la contaminación atmosférica procedente del tráfico y el desarrollo de la función de la atención y la memoria de trabajo a largo plazo.
Con la idea de ahondar en los efectos de la contaminación en el desarrollo neurológico de los menores, en esta ocasión plantearon un estudio de seguimiento a 2.700 niños de 300 aulas de Barcelona. En un año hicieron cuatro visitas a los escolares y evaluaron con tests por ordenador cuatro dominios diferentes de los procesos de atención.
Los datos obtenidos a través de estas pruebas se cruzaron con mediciones diarias de los niveles de NO2 y carbono elemental, tanto en el exterior como en el interior de las aulas. El análisis de los resultados mostró que los incrementos en los niveles ambientales de los contaminantes procedentes del tráfico están asociados con una disminución en todos los procesos de atención dentro de las aulas.
Los días en que los niños estuvieron expuestos a mayores niveles de contaminación mostraron un retraso equivalente a más de un mes en la velocidad de respuesta que cabría esperar como consecuencia del desarrollo con la edad.