Café y licor no son una fórmula nueva, pero ya no se trata de mezclar los granos con algunas gotas de bebidas alcohólicas, como ocurre con el famoso carajillo (que lleva aguardiente, ron o brandy) o con el irlandés (que admite notas de whisky). La tendencia ha evolucionado. Ya no se mezclan. Ahora se maridan. Y se beben sorbo a sorbo: un trago primero y otro después. Juntos pero no revueltos.
Lo sabe bien Gustavo Villota Leyva, experto en café y director del Café San Alberto –originario de una hacienda (del mismo nombre) en el municipio de Buenavista (Quindío)–. El maridaje, dice, ha ampliado sus horizontes y más allá del sabor se buscan aromas y sensaciones. Ya no es el café porque sí; se trata de potenciar lo dulce, lo amargo, lo intenso. ¿Qué tal acompañar su taza con una copa de coñac? ¿Qué tal con un chardonnay?
Maridar café y licor es todo un arte. Según Villota, se trata, sobre todo, de un “contrapunteo”. Cada bebida en recipientes separados y servidos en el mismo tamaño y volumen. Cualquier hora del día es válida, aunque es preferible para tardear.
Un secreto: aprenda a identificar los idílicos sabores del café (agrio, ácido, dulce, intenso y fuerte) para que le pueda sacar más provecho al maridaje. Preste atención a las siguientes fórmulas. Seguro que no querrá volver a tomar café solo.
¡TRES EXPERIENCIAS DE SABOR!
Se han elegido tres tipos de licores. ¿La razón? Cada uno, según su origen, genera distintas reacciones que al interactuar con el café potencian el sabor. ¡Tome nota!
Frutal: Si el café que va a maridar es de notas frutales o agrias, se sugiere acompañar con vinos semisecos y un poco cítricos. Dos recomendados: el Grillo, una variedad de uva blanca y de origen italiano; o Chardonnay, de piel verde y de origen francés. Ambos son elegantes y de cuerpo ligero. Emanan frescura.
Dulce: Si su café es de notas dulces o delicadas, el vino Pedro Ximénez, hecho a partir de uvas de variedad blanca y con sabor similar al de una pasa, es una buena opción. También funciona el vino Palo Cortado. Ambos son originarios de la región española de Jerez y son de cuerpo elevado.
Intenso: Si prefiere un sabor más fuerte o amargo en el café es ideal hacer el maridaje con coñac, lujoso y de origen francés, elaborado a partir de tres variedades de uva blanca; también puede probar con whisky irlandés o escocés. Ambos, por su carácter e intensidad, tendrán más duración en la boca.
ELIANA RENTERÍA
Redacción CARRUSEL