Los dolores de cabeza son cosa del pasado para los floricultores colombianos, pues la revaluación, el clima, la competencia y la festividad de San Valentín en días de fin de semana no están a la orden del día, como en los años pasados.
En cuanto a lo primero, la tasa de cambio dejó atrás las pérdidas que por casi una década fueron el lastre de los empresarios de las flores.
En lo tocante al clima, las condiciones en las zonas de cultivo han sido benignas, pues no se han presentado las heladas que otrora arrasaban los cultivos y dejaban pérdidas totales.
Durante enero ha habido “descensos moderados” en la temperatura del aire, dice un reporte del Ideam. Dentro de los invernaderos, en las mañanas la temperatura pudo haber bajado a unos 4 grados y al mediodía subido a unos 35, frente a los 0 y 45 grados del 2016, respectivamente, notificó un empresario de las flores.
La competencia, particularmente de los ecuatorianos, no representa hoy mayor peso en la oferta.
En el país vecino, Expoflores, que representa al sector floricultor, indicó que habría sobreoferta de entre el 4 y el 7 por ciento frente a lo exportado en el 2016; los destinos de los floricultores ecuatorianos son Estados Unidos (58 por ciento), la Unión Europea (15 %) y Rusia (14 %).
Por otra parte, la festividad (14 de febrero) cae en día martes, hábil en Estados Unidos, óptimo para el mercado.
Carlos Manuel Uribe, de Flores El Capiro, que la semana pasada recibió el premio International Grower of the Year Awards por la calidad de sus flores, en la feria IPM, en Essen (Alemania), indicó que la floricultura de Antioquia no tuvo mayores inconvenientes.
“Por culpa de la radiación solar estuvo un poco retrasada, es decir, salió luego de lo previsto, pero no representó mayor problema”, dijo el empresario.
Uribe también destacó que otros aspectos logísticos como el transporte terrestre y los cupos en las aerolíneas de carga no han tenido problemas ni retrasos; la mano de obra –dolor de cabeza en otras ocasiones– fue suficiente, aunque sin sobreoferta; en la sabana de Bogotá sí hubo alguna escasez de mano de obra para los cultivos de flores.
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