Resumen
Lo mejor: ostenta una de las mejores baterías del mercado. Es muy resistente a las caídas y los Moto Mods son fáciles de entender y utilizar.
Por mejorar: tanto la cámara trasera como la delantera producen resultados pobres.
8,5
Muy bueno
El Moto Z Play llamó mi atención por su batería. En la caja reza: duración de hasta 45 horas. En otras palabras, casi dos días. Lo probé durante los últimos dos meses. La promesa de venta se cumple: a pesar de que no incluye la batería más grande del mercado (alcanza los 3.510 miliamperios/hora y hay otros teléfonos, como el Zenfone 3 Max o el Huawei Mate 9 con 4.000 miliamperios/hora o más) sí logra administrar la energía de forma magistral y permite hasta 12 horas de pantalla (en un iPhone 7, con suerte, he logrado 5 horas de pantalla). Es el aliado ideal de viajeros que no puedan conectar el celular a la corriente muy a menudo, o para quienes detestan la opción de llevar una batería de respaldo.
Con la línea Moto Z, Motorola rediseñó sus terminales. Pasaron de ser aparatos rechonchos y poco agraciados a manejar un estilo más elegante, particular y rectilíneo. La cara trasera es plana y, en la parte baja de la misma, se ven los pines de conexión de los accesorios que se le pueden acoplar para potenciar su funcionalidad. A estos aditamentos los llaman Moto Mods y se venden en combo o por separado.
Los Moto Mods se unen al equipo por medio de imanes. Es un sistema de módulos muy intuitivo que, de seguro, será replicado por otros fabricantes que quieran abordar ese concepto. Hay un parlante JBL, un picoproyector, unos lentes Hasselbald que ofrecen zoom óptico de hasta 10X y una batería adicional. El problema de estos accesorios es su costo. El picoproyector cuesta alrededor de 900.000 pesos y el parlante vale 250.000 pesos.
El diseño del Moto Z Play luce menos impactante que el del Moto Z porque es bastante más grueso. Si el modelo ‘premium’ se jacta de su extrema delgadez (5,2 mm), este maneja medidas convencionales (7 mm).
El diseño lleva a que se pierda agarre, una de las características destacadas de los modelos anteriores de estos teléfonos. ¿Eso qué quiere decir? Que se le puede escapar de sus manos con suma, facilidad.
La parte positiva es que el Moto Z es uno de los teléfonos más resistentes a las caídas. En una ocasión, rodó por las escaleras de forma estrepitosa. Pensé que al revisarlo me iba a encontrar con la pantalla rota, como mínimo. Inesperadamente, no fue así, el teléfono solo acusó unos leves raspones. Motorola se ha especializado en construir equipos ‘a prueba de balas’.
El equipo de Motorola viene acompañado, además, de una tecnología de carga rápida que no deja de impresionar: en cuestión de una hora ya está cargado al 100 por ciento. Aunque hay un problema: si intenta usar un cable USB-C de otro fabricante, el teléfono no va cargar.
Estos teléfonos manejan Android sin modificaciones. Por lo tanto, también son de los primeros en recibir las últimas versiones del sistema operativo para móviles de Google, otro factor a favor.
Para alivio de muchos, el Moto Z Play sí incluye el puerto de audio tradicional, pero no incluye audífonos. Aunque el Snapdragon 625 no es tan rápido como el Snapdragon 820 del Moto Z, cumple con ofrecer buen rendimiento en la mayoría de tareas. Se queda corto, como es de suponer, en juegos de alto nivel gráfico.
Eso sí, tanto la cámara delantera (de 5MP con apertura de f/2,2) como la trasera (16 MP con apertura de f/2.0) siguen estando varios pasos por detrás de las mejores. Si a usted le importan las fotos, el Moto Z Play no es la mejor opción. En condiciones de baja luz, las imágenes suelen quedar borrosas, con ruido y sin mayor encanto. Este apartado sigue siendo la materia pendiente de Motorola.
La pantalla es Full HD de 5,5 pulgadas con tecnología Super Amoled (otro de los secretos de por qué dura tanto la batería es que hayan acudido a estas tecnologías de bajo consumo para su monitor). Los colores son brillantes y la experiencia visual es buena, similar a la ofrecida por un iPhone 7.
ÉDGAR MEDINA
Tecnósfera
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