En el épico encuentro del último tiempo. Ese enfrentamiento entre Roger Federer y Rafael Nadal que despierta el interés de todo el planeta entero resultó siendo eso: una heroica batalla entre ‘Su Majestad’ y un generoso gladiador español, que no se entregó ni en el último punto del partido. El suizo deleitó a todos los espectadores en el estadio principal del complejo Melbourne Park. El tenista suizo sigue inmortalizándose y volvió a poner al tenis a sus pies con el título del Abierto de Australia.
A sus 35 años siguió dando cátedra con sus excelentes pinceladas y la elegancia de sus movimientos. Hizo olvidar al británico Andy Murray y Novak Djokovic, uno y dos del mundo, respectivamente, y que habían estado a la vanguardia del tenis mundial en los recientes años.
Hace seis meses, Federer anunciaba en sus redes sociales que ponía fin a su temporada. Una artroscopia en una de sus rodillas lo obligaba a parar si quería seguir algunos años más en el circuito profesional. Esa noticia no caía de la mejor forma y se especulaba si algún día se le volvería a ver compitiendo en gran nivel. Sin embargo, su fuerza mental y el gran trabajó físico que hizo lo mantuvieron con altas expectativas y este domingo demostró que es, sin lugar a dudas, el mejor de la historia, luego de vencer 6-4, 3-6, 6-1, 3-6, 6-3 al español.
“Tomé la difícil decisión de poner fin al año 2016 porque necesito más tiempo para rehabilitarme de mi operación en la rodilla. Los doctores me han dicho que si quiero jugar en el ATP WorldTour libre de lesiones en los próximos años debo hacerlo”, afirmaba en aquella oportunidad Federer, palabras que contrastaron con lo dicho luego de levantar su título 18 de ‘grand slam’ cuando comentó: “Soy un hombre mayor que puede alcanzar los 20 grandes. Sé que hay aún mucho tenis en mí”.
El suizo, que ganó su primer grande hace 14 años en Wimbledon, se convirtió en el segundo jugador de más edad en lograr un ‘grand slam’ en la era profesional, tras el australiano Ken Rosewall en los años 70. Entre sus logros de este domingo quedó convertirse en el primer campeón de un torneo grande en 35 años capaz de eliminar a cuatro top-10 en el camino (Tomas Berdych, Kei Nishikori, Stan Wawrinka y Rafael Nadal).
Federer no admite comparación: 7 Wimbledon, 5 US Open, 5 Abierto de Australia, 1 Roland Garros, 6 Masters, 1 Copa Davis y un título olímpico en dobles: 89 torneos ganados y 302 semanas en el número 1 mundial en su carrera deportiva. Y con esta edad el suizo amenaza también los récords de longevidad.
El elegante suizo es el mejor jugador de la historia, el tenista ‘perfecto’, según su mítico rival Rafael Nadal, al que batió este domingo. Algunos sugieren a Rod Laver, que acumuló 11 grandes en una época completamente distinta; también aparece en el debate el sueco Bjorn Borg, que se retiró a los 25 años con los mismos trofeos mayores. Sin olvidar a grandes nombres de la actual época dorada: Rafael Nadal, que tiene 14 a los 30 años, y Novak Djokovic, que suma 12 a los 29. Sin embargo el aura de Federer es distinto, solo él sabe ganar con un juego muy fino.
La gloria de Federer no es únicamente una poderosa en cuanto a cifras, es también al estéticamente más perfecto posible: ofensivo, inspirado, elegante, aéreo, preciso, arriesgado.
Definitivamente, se acaban los adjetivos para describir el tenis de Roger Federer, un hombre que juega en cualquier pista del mundo como si lo hiciera en su casa, que cuenta con el apoyo constante de los aficionados y que en su cabeza solo está la palabra ‘ganar’, sin pensar en sus 35 años ni en cuántos títulos tiene encima; su leyenda aún tiene letras por escribir...
FELIPE VILLAMIZAR M.
Redactor de EL TIEMPO
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