Cuando en mi Cartagena del alma me monto en mi bicicleta playera, orejona y confiable, aparte de la felicidad de pedalear a la orilla del mar Caribe, me doy cuenta y me enorgullezco del privilegio de estar montando un símbolo del futuro.
El mañana no les pertenece a los carros particulares, contaminantes y ruidosos, sino al transporte público, y las sociedades más desarrolladas han impulsado el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano y de cercanías.
En Cartagena, el Alcalde, asesorado por la embajada de Holanda, el BID y otras organizaciones nacionales, quiere promover el uso de la cicla como medio de transporte ecológico y sostenible con la ayuda de una aplicación ciento por ciento colombiana, Biko, que se propone mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades con el uso de este vehículo.
La app mide y cuantifica el aporte de los usuarios al medioambiente (menos emisiones de CO2), a la movilidad (kilómetros recorridos) y a la salud (calorías quemadas), y también acompaña al ciclista en sus recorridos, le mide el kilometraje, las calorías, lo guía por ciertas rutas en unos itinerarios seguros, experimentados, recomendados por los mismos usuarios en tiempo real. Además, recompensa a sus suscriptores con una moneda global, el ‘biko’, por cada kilómetro recorrido, porque al utilizar este medio de transporte están mejorando la vida de los otros ciudadanos. Por eso el lema ‘Pedalear sí paga’ paga en ‘bikos’, que se pueden redimir en establecimientos afiliados.
Los holandeses, los alemanes, los chinos, los canadienses han hecho de la bicicleta el medio ideal para desplazarse en las ciudades, contando, sin duda, con una infraestructura adecuada para moverse sin peligro en ciudades plagadas de carros con vocación de toros de lidia.
Eso es lo que el manifiesto les pide a las administraciones: la inclusión de la bicicleta en los planes de desarrollo, la construcción de más ciclorrutas, la implantación de programas pedagógicos. Sobra decir que el himno oficial de esta bella idea será la canción cantada por mi amigo Carlos y la espléndida Shakira, La bicicleta.
Salvo Basile