Sigue la nutrida agenda cultural de enero con el prestigioso Hay Festival. Sus organizadores vuelven a apostárselo todo a una reunión de creadores –poetas, dramaturgos, novelistas, humoristas, periodistas, músicos– dispuestos a encontrarse cara a cara con sus lectores en los auditorios de la Cartagena vieja. Es cierto que en tiempos de redes sociales se ha vuelto mucho más frecuente que un autor pueda enterarse de qué piensan las personas que lo leen, pero el festival humaniza la conversación, la vuelve de carne y hueso y, de paso, pone en evidencia que la puesta en escena de todas las artes depende en buena medida de la competencia de los espectadores.
Habría que destacar de la programación del 2017, curada por un equipo muy serio, la presencia de figuras tan relevantes como el músico James Rhodes, el neurocirujano Henry Marsh o el productor musical Phil Manzanera.
También, que reconocer la presencia de voces de la literatura como el peruano Mario Vargas Llosa, el argentino César Aira, el libanés Hisham Matar y el cubano Leonardo Padura. Pero sería dejar por fuera demasiados nombres de muchos artistas que a partir de hoy llenarán los principales auditorios de Cartagena –y no solo de la ciudad amurallada– de ideas, de recuerdos, de conciertos, de conversaciones que conseguirán articular las intuiciones de los asistentes.
Una vez más, habrá conversaciones de primer orden en Medellín y en Riohacha. Y se revisará la obra de algunos de los más importantes narradores de la actual literatura infantil: de la brasileña Ana María Machado a la francesa Brigitte Labbé. Quien haya asistido a alguna de las charlas o alguno de los eventos del Hay, que llega a su edición número doce con un público creado, sabrá vaticinar que lo que va a ocurrir desde este jueves va a ser una especie de clímax al principio del año. Quien no ha ido antes será sorprendido con una atmósfera de festival especialmente relajada, especialmente.
No cabe duda de que el Hay Festival es lo que sus espectadores han hecho de él: un punto de encuentro para comenzar en pie de crítica un incierto año más.
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