La cinematografía no se escapa al encanto de los planetarios, que nos acercan al conocimiento del universo recreando la bóveda celeste y cuya primera función se remonta a 1923, en Jena (Alemania), usando un proyector Mark I de la compañía Carl Zeiss. En la película 'La la land', que iguala el récord de nominaciones al premio Oscar a 'Titanic' (1997) y a 'Eva al desnudo' (1950), hay una escena que no pasará inadvertida: Mia y Sebastian comienzan un romance rodeados de estrellas. (Lea también: Cinco razones por las cuales los Óscar se rinden ante 'La La Land')
De las 48 locaciones de Los Angeles en donde fue filmada, una de las escenas más atractivas sucede en un planetario, y es aquella en la que sus protagonistas se elevan cogidos de la mano hacia el domo hasta adentrarse en el universo plagado de estrellas, nubes de gas y polvo, con el majestuoso proyector optomecánico con forma de hormiga gigante de testigo.
La escena rinde tributo a la película 'Rebelde sin causa', protagonizada por el célebre James Dean (1955), que tuvo al Observatorio de Griffith como escenario de varias tomas. En una de ellas, en el interior del domo del planetario, el protagonista comenta a su joven amigo Platón uno de sus pensamientos que da a entender la majestuosidad del universo, mientras aprecia la constelación de Orión (el cazador), proyectada por un instrumento Zeiss Mark II, que funcionó hasta 1964.
Un modelo Mark VI construido en 1967, de los cuales solo hay dos en el mundo, está en el Planetario de Bogotá y se erige como una reliquia (el siguiente modelo es de 1993 y no tiene la forma de hormiga) y contiene más de 160 proyectores.
Los planetarios son lugares mágicos que se deberían visitar. En Colombia los hay en Bogotá, Medellín, Pereira, Cartagena, Bucaramanga, Cali y Barranquilla, pero faltan muchos más para acercarnos a países como Japón, con más de 300 de estos espacios, vitales para la cultura científica de la sociedad.
SANTIAGO VARGAS
Ph. D. en Astrofísica, profesor investigador del Observatorio Astronómico Nacional