Las tensiones comerciales que viven en la actualidad Estados Unidos y China tuvieron un nuevo escenario de confrontación: el Foro Económico Mundial que se realiza en Davos (Suiza).
Y es que cada vez es más grande la incertidumbre ante las posiciones manifiestas del electo presidente Donald Trump, relacionadas consus amenazas de crear barreras aduaneras.
En un vibrante discurso, Xi Jinping , el primer jefe de Estado chino en acudir al Foro Económico Mundial, se pronunció a favor del libre comercio.
“Debemos decir no al proteccionismo”, pues“no se pueden frenar los intercambios de capitales, tecnologías y productos”, recalcó el mandatario, apuntando implícitamente hacia el futuro presidente estadounidense.
Tras su intervención, en los pasillos de Davos los halagos se multiplicaban hacia el presidente chino: “Brillante”, “juicioso”, “prudente, “muy alentador” eran algunos de ellos. (Lea también: Gobierno denunciará el contrato que Odebrecht logró con sobornos)
Sin embargo, unas horas más tarde, un sondeo de la Cámara de Comercio estadounidense en Pekín dejaba entrever una realidad bien distinta, pues más del 80 por ciento de las empresas de EE. UU. consultadas consideraban que la segunda economía mundial es ahora “menos favorable”que hace un año para las firmas extranjeras. El 55 por ciento cree recibir un trato desigual respecto a sus competidores chinos.
“Un número creciente de empresas reduce sus inversiones en China o se las llevan a otra parte”, principalmente por causa de “preocupaciones crecientes sobre las barreras comerciales y el clima reglamentario”, dijo la Cámara.
Según expertos y empresas, Pekín adelanta una política poco favorable a la apertura comercial y un intervencionismo hostil con las firmas extranjeras.
Willy Lam, profesor de la universidad china de Hong Kong, comentó que la decisión de Pekín de abrir su mercado “se ha deteriorado”desde la llegada de Xi Jinping al poder en el 2012, y se ha dado incluso una regresión”.
“Resulta irónico y contradictorio” hacer de Xi “un adalid de la globalización” dijo Lama la agencia AFP.
Estos últimos años, el gobierno chino no ha dejado de reforzar los grupos estatales, intensificar los controles a los movimientos de capital, dirigir una campaña contra las “ideas occidentales” y endurecer la censura en internet.
A pesar de estas medidas, Pekín anunció recientemente que se aliviarán algunas restricciones drásticas impuestas a inversores extranjeros y que las firmas que no sean chinas podían cotizar en el país.
Pero, aun así, sectores enteros de la economía, dominados por grupos estatales o en los que China quiere favorecer a los “campeones nacionales”, siguen cerrados a las compañías extranjeras, o bien estas últimas se ven obligadas a asociarse con firmas locales.
“Para Pekín, Europa es un generoso banquete, mientras que para nosotros, (China) reserva algunos platos, una sopa y basta”, había ironizado en septiembre Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea.
Victor Shih, de la Universidad de California, insiste en que si bien el discurso de Davos contrasta “agradablemente” con el programa de Donald Trump, “hay que recordar que, en realidad, China sigue agresivamente una política mercantil y proteccionista”.
De hecho en el 2016, China ocupó el puesto 84 de la clasificación del Banco Mundial sobre el estado de los negocios, por detrás de Arabia Saudí y Ucrania.
Con información de agencias