“¡Esos policías cómo tiraron esas bombas allá!”, le dijo un pequeño de unos 8 años a otro de casi la misma edad, mientras caminaban por una de las calles empolvadas del asentamiento Nueva Jerusalén, ubicado en el barrio París, en el municipio de Bello. (Lea también: Unos 42 heridos dejó el quinto día de desalojos en Bello, Antioquia).
Esas palabras fueron pronunciadas el pasado jueves, cuando comenzó el desalojo de 175 familias cuyas viviendas serán demolidas por estar ubicadas en zona de muy alto riesgo, según lo determinaron algunos estudios.
Desde entonces, los procedimientos conjuntos entre las alcaldías de Medellín y Bello se mantienen ininterrumpidamente y hasta el momento han logrado la salida de 23 familias y la demolición de 21 viviendas.
En total también van 17 personas lesionadas, debido a los enfrentamientos entre los habitantes y la Fuerza Pública. Y los niños y adolescentes han sido testigos durante estos días, aunque ninguno ha sido afectado de gravedad, reportó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Sin embargo, de las 38 personas atendidas en el lugar por inhalación de gases lacrimógenos, 15 son menores de edad, aseguraron fuentes de la Oficina de Gestión del Riesgo de Bello.
De acuerdo con el censo realizado por el Icbf, el pasado 12 de enero, en las 175 familias hay 260 menores de edad. De ellos, 75 tienen entre 0 y 5 años, 100 tienen entre 6 y 12 años y 85, entre 13 y 18. Asimismo, hay 13 madres gestantes o lactantes y 18 menores de edad en situación de discapacidad.
Para garantizar la protección de sus hijos, desde el primer día algunos los llevaron donde familiares, pero muchos permanecen en la zona. Allí, funcionarios del Icbf hacen presencia para garantizar sus derechos.
“El lunes estuvimos en una escuelita que hay en el sector y nos quedamos con al menos 47 niños para evitar que se pusieran en riesgo, sobre todo por los gases lacrimógenos, porque las familias tenían que estar entrando y saliendo.
"Ningún niño tuvo intoxicaciones y luego volvieron con sus padres”, aseguró Isabel Cristina Patiño, coordinadora del Centro Zonal Noroccidental del ICBF Regional Antioquia.
Según el último comunicado emitido por la Corporación Jurídica Libertad, que acompaña a los habitantes del sector, los niños tuvieron que ser alojados en la escuela debido a la gran cantidad de gases arrojados por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
Para Carolina Moreno Quiroz, abogada de la Corporación, durante las jornadas de desalojo se presenta uso indiscriminado de la fuerza contra todos los habitantes, los líderes comunitarios y los defensores de derechos humanos.
Asimismo, reiteró que las familias no tienen garantías reales para dejar sus hogares, pues además de que solo se les habla de un subsidio de arriendo temporal, este es de 250.000 pesos por mes, lo que dificulta conseguir una casa.
Entre tanto, César Augusto Arango, director de Gestión del Riesgo de Bello, afirmó que este martes se presentó un deslizamiento en la zona, aunque no hubo viviendas ni personas afectadas.
“Eso demuestra que el operativo era absolutamente imperativo porque es un terreno que los ingenieros denominan de deslizamiento súbito, cualquier factor puede desencadenar una emergencia de este tipo”, añadió el funcionario.
Mientras continúe el desalojo, el Icbf mantendrá presencia en el sector, con el fin de proteger a los menores de edad. Asimismo, han hablado en varias ocasiones con las familias para que se aseguren de conseguirles un cupo a sus hijos en una institución educativa, en cuanto consigan otro lugar para vivir.
HEIDI TAMAYO ORTIZ
Redactora de EL TIEMPO
MEDELLÍN