Los cultivadores de coca, marihuana y amapola de Argelia, un apartado municipio del sur del Cauca, azotado durante años por el conflicto armado, se preparan para el lanzamiento de una organización para evitar la sustitución forzada de cultivos ilícitos.
Este viernes se realizará una asamblea en el corregimiento del Sinaí, que recibirá a los comités cocaleros y comunidades para preparar la presentación oficial, en Popayán, donde esperan reunir a unos 5.000 cultivadores el 27 y 28 de enero.
Esa organización haría parte de la Coordinadora Nacional de cultivadores de coca, marihuana y amapola (Coccam), que fue creada la semana pasada en Bogotá por delegados de veredas, corregimientos y municipios de 14 departamentos y en la que participan campesinos e indígenas.
Uno de los objetivos, aseguró uno de los voceros en el Cauca, es que se promueva la implementación de los acuerdos de paz frente al tema de cultivos y parar el intento gubernamental de aplicar la sustitución forzada.
No obstante, la creación de estas organizaciones genera entre las autoridades encargadas de la lucha antinarcóticos preocupación porque un alto número de pequeños cultivos podría terminar en una eventual gran producción difícil de controlar. De hecho, en países como Bolivia, donde la figura de los cultivos legales existe para el uso tradicional de las comunidades indígenas, se han dado casos de desvío de la hoja para narcotráfico.
Según el último informe de Naciones Unidas sobre narcocultivos en el mundo, al menos 11.299 toneladas de hojas de coca, de un total de 32.500 producidas, “son desviadas al mercado de comercialización ilegal”. Esto es, a la producción de cocaína.
Incluso, Estados Unidos ha manifestado preocupación por el desvío de la producción legal de la hoja hacia los negocios de la mafia.
Los dirigentes de la Coccam señalan que, como se acordó en La Habana, los caminos son la sustitución integral, voluntaria y concertada, así como “los usos ancestrales y alternativos, el tratamiento de salud pública a la adicción y al consumo de drogas, y la afectación sobre el verdadero narcotráfico”.
Igualmente, solicitan que cese “la persecución y criminalización” contra los campesinos y liberar a los más 3.000 que, según ellos, están privados de la libertad como si fueran narcotraficantes.
La Coccam, además, les pide al Gobierno Nacional y a las Farc que se reúnan de manera urgente con sus delegados, de cara a la implementación del acuerdo en materia de sustitución y de cara a la asamblea de la Coordinadora.
“La reunión en Bogotá se da en el contexto de una campaña de erradicación violenta de los cultivos declarados ilícitos, en el marco de la resolución 3080 del Ministerio de Defensa, del encarcelamiento de campesinos cultivadores y recolectores de hoja de coca, del incumplimiento del Gobierno en las mesas regionales posparos agrarios, de la incertidumbre que genera la interpretación unilateral que hace el Gobierno de los acuerdos de La Habana, en materia de sustitución, y del reciente anuncio de erradicar violentamente 100.000 hectáreas de coca en el 2017”, dice un comunicado de la organización.
Los asistentes al encuentro en la capital colombiana expresaron el rechazo por los asesinatos en Carepa (Antioquia) de José Yimer Cartagena, vicepresidente de la Asociación Campesina para el Desarrollo del Alto Sinú (Asodecas), el 11 de enero, y del comunero indígena Olmedo Pinto, el 8 de enero, en Caloto (Cauca). En este caso, la Fiscalía señaló que sería una riña con otro integrante de la comunidad.
La Policía del Cauca informó que conoce de las reuniones y tareas que están adelantando los cultivadores en Argelia, pero que hasta ahora no han tomado ninguna medida frente a sus actividades.
CALI