La investigación se abrió el 22 de enero de 2016, cuando un ciudadano se disponía a regresar de un plan vacacional en Estados Unidos y no le permitieron abordar el avión porque la tarjeta con la que se proponía viajar era robada.
Luego, una estudiante de medicina se vio en aprietos al vender paquetes turísticos a un médico, al que con su familia no le permtieron entrar al avión en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón cuando se proponía viajar a Estados Unidos. La universitaria llamó al jefe de la 'agencia', que le dijo que era un error y le entregó un carro como prenda.
Pero a ella la detuvieron cuando llegaron por el vehículo a su casa, pues había sido alquilado y la firma propietaria denunció el hurto cuando no aparecía el automotor en la fecha estipulada.
Así, agentes de la Sijín, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y la Estructura de Apoyo de la Fiscalía fueron hilando la investigación hasta capturar a cuatro hombres y tres mujeres, entre ellos estudiantes universitarias y una modelo, en Cali y Buga (Valle) y Medellín (Antioquia).
Las denuncias se refieren a una firma que ofrecía paquetes virtuales al exterior a bajo costo, en los cuales enganchaban clientes mediante el uso de tarjetas ajenas para realizar reservas en vuelos y hoteles. Los documentos eran clonados, dijo el comandante de la Policía Metropolitana, general Hugo Casas Velásquez.
Los afectados se enteraban de la situación cuando empezaba la cancelación de sus viajes y reservas hoteleras en Miami, Los Ángeles, New York y Orlando, en Estados Unidos; México; Toronto, en Canadá; China; Madrid y Barcelona, en España.
La Policía informó que un ingeniero de sistemas sería quien ‘hackeaba’ datos de bancos de Suiza, Noruega, Canadá o Turquía, para recoger información de tarjetas de crédito. Así realizaban las compras de los tiquetes y planes vacacionales.
Fueron decomisados 85 millones de pesos, tres vehículos y cinco computadores.
De acuerdo con la investigación, dado que tres de los presuntos estafadores hablaban inglés, se comunicaban con aerolíneas y hoteles en el exterior y realizaban compras con las tarjetas. Cuando las transacciones eran reportadas a los dueños de esos documentos estos se quejaban ante sus bancos y eran canceladas las transacciones.
Otro de los denunciantes es dueño de una agencia de viajes al que una amiga le comentó que había disfrutado de un viaje muy económico a Cancún. Por ello se contactó con uno de los comercializadores de los planes, pero terminó pagando deudas por 50 millones de pesos.
CALI