Una serie de hechos delictivos ocurridos en los últimos días –en particular, el atraco desde tres motocicletas, registrado en un video, y que motivó una ejemplar respuesta de las autoridades– han llamado la atención sobre el azote del crimen organizado, que ha sido una realidad en la historia reciente de la capital de Antioquia. Y lo ha sido tanto como otros aspectos positivos que en su momento se han destacado.
Se trata, no sobra recordarlo, de un fenómeno con orígenes en los convulsionados años 80 y 90, cuando el narcotráfico, con su lastre de violencia, irrumpió en la ciudad. De esos años data la temible banda ‘la Terraza’, macabra organización protagonista de más de uno de los más relevantes y dolorosos capítulos en la historia de la mafia en Colombia y a la que hoy se señala que pertenecen a ella los autores del robo que registró el video de marras.
Lo cierto es que, como si se tratara de un volcán, en las últimas cuatro décadas se han registrado períodos de gran actividad y otros en los que por distintas razones, entre las que sobresalen el sacrificio y los esfuerzos de las autoridades, este ha mostrado menor grado de emisiones.
Pero ahora parece volver a rugir. El registro audiovisual –y luego viral en redes– de este robo puso los reflectores sobre esta modalidad de atraco, de la que cada vez se habla más. También sirvió para repasar las cifras de la criminalidad, que muestran un aumento del 7,7 por ciento en los homicidios entre el 2015 y el 2016, igual que en los hurtos a personas, cuyo crecimiento alcanzó la alarmante cifra de 45 por ciento. Se habla, otra vez, de un reacomodo en el ajedrez del delito, paradójicamente como resultado de golpes asestados por las autoridades a las cabezas de los llamados combos.
La reacción que se ha visto en estos días es alentadora, tanto del Alcalde y su equipo como de la gente. Decepcionante, en cambio, ha sido enterarse de que uno de los capturados tenía casa por cárcel.
Por lo pronto, produce tranquilidad suponer que si la tenacidad y el empeño que demostraron las autoridades civiles, policiales y judiciales en estas horas recientes se mantiene, arrancar de raíz este mal pasará de utopía a posibilidad concreta. Que así sea.
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